YouTube

Mostrando las entradas para la consulta amor ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas para la consulta amor ordenadas por fecha. Ordenar por relevancia Mostrar todas las entradas

jueves, 18 de febrero de 2016

Hacia tus manos

Un suspiro

me recorre atravesando el alma...
desborda
desde la sangre contenida.

Un suspiro puede ser
el ala alucinada de un sueño
o la angustia prieta de imposibles...

Puede ser la libertad
anhelando ser libre.
Esencia que fluye
desde el crisol del espíritu.

Simplemente un deseo
desde el bien hacia el bien.
Energía de un brote
buscando la luz de la vida.

Pero mi suspiro
es corriente de amor
empujando al viento hacia tus manos.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 29 de octubre de 2015

Del primer poema, "Puente inalcanzable"

Ya dije, en otras palabras, que la voluntad amorosa es una historia de vaivenes. Un haz de pensamientos de donde en algún momento se sueltan las preguntas: ¿Es este el camino o es el otro?... ¿O no son ninguno de los dos?

Sin embargo, 
el amor se gesta llevando en sí una esperanza. Hay una chispa misteriosa que lo enciende; y el viento de las circunstancias mueve sus flamas de aquí para allá; avivando o amenazando apagar; o definitivamente extinguiéndola por diferentes razones.
Crepita a veces su ardor, quemándose como ramas secas, con intensidad doliente; Y en los desafíos tormentosos se yergue más firme, con todo el valor acrecentado.

Ya en pleno laberinto, ¿cuál es el camino verdadero?... Y si el camino es correcto, ¿cuál el sentido?

Eso que una vez surgió como una esperanza, de repente se puede tornar distante, pero a su vez, poseso de una fuerte atracción "gravitacional", placentera y dolorosa. Sufrimiento que puede empujar, incluso, aguzando la inquietud existencial, abriendo un libro de paradojas, nutrido del ávido deseo y el aparentemente irremediable arrepentimiento.

Esta puja insalubre tienta renegar de la senda acaecida, o surge el anhelo, la añoranza retroactiva de que la circunstancia que condujo a este nudo hubiese sido diferente... Soñar el milagro del desconocimiento de esta realidad "sortílega" caída en las manos del amante... Desear la habitación de otros continentes desposeídos de estos cataclismos del espíritu.

Así, de repente, el sentimiento de que esta conjunción, no hubiese sido tal, sino sólo, algo distante. Sólo un sueño, Algo que pasó ¡lejos! sobre un puente inalcanzable...
Así surgió, "
Puente inalcanzable".

Del libro: "
Amor... Laberinto de dulzuras y tristezas"
Autor: Juan C. L. Rojas





sábado, 15 de marzo de 2014

Es cierto

Los cristales están rotos
donde no se ven
    las palabras ciegas
        de mi corazón hundido.

Y aunque no creas
    esto es cierto...
esto del amor y el tambor añicos...
Y es cierto que llueve
    sobre estos cristales
        aunque no llueva.

Puedes enterarte además/
    que mi mente no teje fantasmas
que es cierto aquello del sentimiento/
que callan los truenos por dentro/
...Que pongo escaleras
    sólo para alcanzarte.

Hasta aquí domino el silencio...
   para que vivas...
        ¡Por Dios, nada menos!

Compruebo que es cierto...
Es cierto esto de la muerte lenta
    donde entre nubosas agonías
        las preguntas borbotean.

...¡Para qué mis versos
    si no cantan en tu pecho!
Para qué
    la  luz/    del poema/
        si no alumbra el verdadero.
Para qué...
Para qué mi siembra de colores
    en las paredes...
cuando no sé     si van tus ojos
    a donde mi amor te habla.

No.
No es juego.
Son ciertas las preguntas
    como esto que se clava en el pecho
        sin sangrar la piel.

Bueno...
Como cierto es
esta lluvia buena del desahogo
que ahora sí
    moja paredes y vidrieras...
y también mi rostro.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Cuando pimpolleabas en el aire

Tienes que saberlo/
   ahora que está completa 
      la siega del tiempo.
Ahora 
   que el lago muestra
      sereno palpitar.

Podrás comprender
como yo lo comprendo ahora
que he sido sombra....
pretérita sombra de tus sombras.
Alma oscura
   perdida en lo cósmico/
esperando la raíz de tu amanecer.

En la agreste brisa estuve
   desliéndome en el furor
      del perfume a mangos,
cuando tú
   (nada más y nada menos)
pimpolleabas en el aire/
   mimándolo con frescor de pétalos...
Cuando en tu cuna soñabas mariposas/
   y aquella manos paternas
al visitar tus hombros
   tomaba tu cabecita 
      apoyándola en su pecho...
¡Allí yo estaba!
También creciendo.
Esperando al futuro como un amante
   tierno/   ardiente/

Tus ojos de asombro
   (¡los vi!)
se adentraban 
   en la luz del rocío sobre la gramilla
y en las gotas de lluvia
   cayendo/
      entre las hojas del naranjo.

Sí.
Allí estuve
entre las sonoridades del arpa   
   que tus oídos abrazaban
mientras el timbre de la voz cantante
   crecía/ 
      vibrando en tus huesos.

Me oculté bajo el brillo del agua
   cuando, tú, curiosa
te asomaste a la boca del cántaro oscuro
   que entre el verdor del jardín
      te esperaba. 

...Y no me reconociste/
   ni cuando por primera vez
      te tocó el amor en deleites y susurros.
No me reconociste
   y sentí celos.

Te esperé desde entonces
   en el cogollo abierto del sendero,
en la madura matriz del camino,
para abrazarte hoy
con esta voz de mi sangre
con este cantar de mi amor.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas


miércoles, 12 de marzo de 2014

Esperándote

Se acercan los días
    cuando no importa
      si grita el sol
         desde su alta arrogancia/
      o si la lluvia lo disuelve 
         sobre baldosas oscuras.

En esos días
no me importa el estrépito de los niños
   que están felices en el patio de juegos
      de un jardín.
No me interesa 
   si alguien
      en otro confín
   espera   o desespera.

Soy atalaya
   sólo de los pasos que quiero.

Estiro mi tiempo.
Vale la pena soñar
arrancar el día
   desde el tallo fresco 
      de la flor matutina;
sondear el tesoro
   que derrama el amor,
esas caricias que afilan
   mi lanza hacia el mundo.

Cuando la desventura fortuita
   me elige su blanco...
y me quitan tus manos, 
   tus manos, tus besos...
entonces
tropieza el ángel
   que encamina mis días...
¡Trémulo el espíritu y...!
¡Oh, Dios
   cada proyecto se abisma!

Yo/
Humilde barro que ama/
caigo abatido
   aunque en mis pies queden
mis deslustradas hazañas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 9 de marzo de 2014

Musical

Fueron nuestros días
    subrepticio canto del silencio.
Ronda de celestes sonoridades.
Completo programa de un concierto
    de humildes himnos/
        cantos/
            e ignoradas tragedias bajo la piel
                acrisolando el alma.

¡Y es así     como suena la vida!
Este estanque en el Universo/
    donde reverberan los ecos
         de brillantes soles/
             nubosos horizontes.

Agradezco tus    sonrisas
    (aunque abemoladas)
pasaron el riesgo de las cuerdas
    que más no se pudo tensar.

Agradezco a tus manos/
Fortalecieron los bastiones de mi espíritu.
Este espíritu que envuelve
    a un ángel veleidoso
que transmuta en aire de palabras
    esta dicha sufriente de vivir.

Llevo en el diapasón de mis huesos
    tu corazón
su pianissimo acorde
    que sonó sobre mi piel
        cuando aletargaba
            sus    espacios    de suspiros.

Que me miren tus ojos...
que ya los míos...
tranquilos
    en este prolongado calderón...
que no dice
    cuál es el compás que sigue/
    cuál el que empieza/

Podré ejecutar
    en un rincón     tal vez
        este mordiente chispeante de mis ojos/
Se notará/
    en la sonoridad rallentada de violines.

En el fondo de esta sala de armonías/
    ya se dieron a silencio
        las cajas oscuras de los bajos/
sólo el aire vacío suena
    de las gaitas distendidas.

¿Ves/ oís/
    la campanilla suave de mi sonrisa
        que atornilla el aire
            para calmar tus ojos
                y la ansiedad dolorosa de tu pecho?
¡Mira, no son culpas
    estos golpes de timbales en nuestros oídos!
Sólo    son    sones/
que tañen
    los duendes musicales del aire.

Oye, es imposible parar
    este concierto beethoveniano.
        Golpes violentos del amor.
...el silencio también es música/
música que fluye
cósmica y terrena
    en la voz profunda del alma.

...Miremos el arroyo
este sinuoso devenir del tiempo...
nada más, percibamos
    el perfume abrillantado
en estas notas del concierto.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas


jueves, 6 de marzo de 2014

Instinto de la flor


Sobre las planicies del aire
    navega
        el instinto de la flor...
            y sufre una pena/
    Pena del color desfalleciente 
        que muerden
           equívocas luces.

Se mueve flameando
   vertical/
      suelta/
         indecisa/
   la flor del jacarandá
resignando esplendores
   en la copa púrpura/
      diferente/
 del deseo.

Con sutil voz llama
   la otra voz cadenciosa 
      de tus pasos   
   que derraman candores
      en la danza anhelante
         de los sueños.

Tu pelo
   gime al viento
      estallido vigoroso de trigales/
hebras/   lazo de hadas/
   buscando
      la cinta cariñosa
   de lícitas manos/
¡Oh, autoridad natural del amor!

Te ama el sol   aún
   en su celo de ondas cósmicas
      cuando las penumbras te envuelven/
   sombras que embargan
      /atrevidas/
   tus alas de gaviota.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 31 de enero de 2014

Cintura de guitarra


¡Oh, anaranjado estallar de soles amanecidos
   que se rompen/
      en la luna dilatada de aquellos ojos!...
que trepan/
   las quebradas pedregosas
      de mi espíritu...

Duende íntimo que abraza
   suavemente/
      su cintura de guitarra...
y mi guitarra cela/
   hoy no canta/
      llora.

Oh, guitarra/ ciega/   ¡No puedes!...
¿No quieres acaso?

   ...Yo sí quiero
enhebrar en melodías
   la musa dulce de su amor.

¡Oh, bordonas y tristes cantarinas!
¡No decaigan hoy
   escoltas reticentes!
Como en aquellas noches de nostalgias
   ¡yo quiero aún, cuerdas,
      vuestro bálsamo sonoro!
¡No llores guitarra, sueña!
   ¡Sueña guitarra, sueña!

La opulencia del sentir
   engorda
      los latidos de estas notas.
¡Canta, guitarra, canta!
...No olvidan las manos de mi ser
   el pozo erótico de sus curvas
      donde aún
         ensamblo mi pasión.

...y duermen los párpados/
   al vibrar
      la cuerda oscura de mi voz
         porque sienten/
            revenidos timbres    y luces
               en los arpegios de su alma.

¡No llores guitarra, sueña!
¡Canta guitarra, canta!

Autor: Juan C. L. Rojas

lunes, 9 de diciembre de 2013

Cuando te vas


Envidio los lugares
    donde te lleva la tarde
        cuando se apaga en las penas
            mi alegre silbo que inspiras.

Te pienso/
cuando en la mesa del café
me impregna 
    el burdo sabor a melancolía/
aún sabiendo que en cada sorbo
    bebo tu grato recuerdo.

Arde en mi corazón la ansiedad impotente.
Quimeras.
Sueños.
Cambiar el destino.

Cuando ya aturdido me marcho/
y revientan en la vereda
    los ojos ciegos de mis pies/
viene a mi
    el cielo de las caricias robadas
        y abres en mi pecho
(no sé si sabes)
    una pena y una flor.

Pudiera yo
cocer en el vino amargo
    la dura cerviz del delirio.
Pudiera el amor
    romper las murallas del tedio/
abrir ventanas
    de soles y dichas
para que auyenten 
    a estas tormentas del alma.

Cuando me envuelve la noche
    en esta mendicidad resignada
me regala generosa
    el poder de soñarte...
¡Que habrá un mañana
   me cuenta  
de esplendoroso cielo
    que cantará nuestro amor!

Autor: Juan C. L. Rojas

martes, 5 de febrero de 2013

Amiga mía


Cuando deslío mi corazón
amiga mía
en tu abrazo dulce/   generoso/
siento que tu piel fecunda rosas
    en la árida tierra de mi alma.

Sonoridades ocultas brotan
    de celestes sinfonías.

El poder de tu candor
me trae
    la ternura y el fuego.

...Sirves en mis venas
(y no sabes)
    salud/ sosiego/ pasión/ simiente.

Sólo amigos... dices.
¡Qué pequeña palabra!
¡Dichosos son los aventurados
    en la maraña de lo íntimo
        cuando caen
            en la deliciosa red del amor!

Vedadas glorias/ aún flotan
en el aire donde vuelan
    nuestras miradas.

Infantería de pasiones
    hay en mi pecho aguerrido.

Estoico/
dejo clavar en mi corazón
    la daga irremisible
        del sentimiento.

¡Ay, amiga mía
dime que sabes!...
Que hay más que palabras
    en nuestras voces...
más que caricias
    en nuestras manos...

Dime
    que crece entre nosotros
        la flor exuberante del amor.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 25 de marzo de 2012

Senda de esperanza.



La esperanza todavía canta.

El péndulo inquieto del amor
   azora ríos
      de venas abatidas.

Sentimientos...
   sacudiendo cauces/   van...
      volverán verdecidos
   de vivo color/   volverán/
Aún rodando cuesta abajo
   volverán
      en sueños amanecidos.

Gratitud   reverencia
   enseñan las páginas
      del deleite vivido.

Traspiés/ en la contienda del deseo.
Esperanza derrotada
   y dos caminos
      virtud   resentimiento...
¡Retinto!
   ¡Cambiado color de mi senda!
Donde brotan celestes augurios
donde vive y sueña
   un ángel eterno.

¡Esperanza!/   ¡Casa inmutable!
   Virtual concreción del espíritu.
Horizonte renovado de perdidas batallas.
Esperanza que mueven mis manos
   mis dedos
      en el garabato feliz de mi pluma.

Esperanza obcecada
   que construye un jardín
aún
   donde
¡hasta las piedras estallaron!

Autor: Juan C. L. Rojas

jueves, 22 de marzo de 2012

Simple

No es/
   ni fortuita
      ni gratis
   la defección que siembra la indolencia del espíritu.
Tarde o temprano
   brotará la semilla de su mal.

Es porque no piensa con el corazón
   que el mundo cae en el raciocinio de su muerte.
Su necia picardía
   guarda el escrúpulo en los cofres del cinismo.

Todavía desierto de amor/
   fustiga sangre el andar de los hombres.
Se creen sabios/
y enseñan malabares a robots
   en el campo sideral de atónitas estrellas...
pero sus almas no saben volar.

Pareciera vano    finalmente
   el hechizo que nos brinda
      la floresta colorida en el desierto.

Es así/ que revuelto en penurias combativas
   danza este follaje amarillento/
de quien fue quitando verdores
   el hollín y la flama
      del ardiente vivir.

¡Pero es simple el remedio, sin embargo!...
¡Simple!
Como una gramilla extendida
   sobre la piel de la tierra.

Es sólo saber sentir/
   para comprender a las voces
      que suenan en estos ojos.

De toda esta...
   crudeza de la desidia
      me desahogo a veces mirando a los nidales/
   Donde los picos besan
      al amor
         vestido de plumones...
y veo a la lluvia/
   generosa/
      alimentando a la semilla.

También te miro/
y aunque nos crean en el altar de la locura
   deja que sea inseminada de estrellas
      la cuenca florecida de tu cuerpo.
Embriaga tu corazón de sentimientos/
   para que estalle
      en cada poro de tu piel/
para dulcificar    simplemente
    /como lo hacen tus ojos/
este ácimo pan
   que nos toca vivir.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 20 de marzo de 2012

No hay adiós


No permitas/
que la humedad de la tristeza
    ascienda/   
por los capilares dolidos del alma.

No permitas que te entristezca
    la palabra cortante del adiós...
porque no hay adiós.

El amor
    siempre ronda el mundo
        en la fresca sintonia del espíritu.
Ese amor
    no sabe/
de dioses ególatras
    ni de caminos perdidos.

A partir de ahora/
a partir de hoy/
pon en tus manos las flores
    que generosas se inclinan a tu paso.
No dejes marchitarse
    la emoción valiente de la espera.
Dale una sonrisa
    aromada de tu luz
        al verdor de los anhelos.
Observa/
La vida es una aventura
    de paisajes infinitos/
Aunque pueden    a veces
sus follajes
herir al corazón.

¿Sientes la melancolía de violines
    que se mecen en el pecho?...
Yo también siento/
Dame entoces
    el placer de redoblar/
esta apuesta tambaleante
    de gorriones.

¡Suelta ahora!...
¡Suelta bajo tus pies
    esas semillas vacilantes del amor!
Recogerás los frutos/
Donde sea que vayas.
Donde sea que vuelvas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 11 de marzo de 2012

Qué soñará el amor


¡A dónde irá el amor
    cuando se aparta
        del fuego que consume!

¿A dónde sus manos
cuando no están
    sobre las manos...
aquellas     de verdad amadas?

¡Dónde estará su deleite/
    cuando estalla en un corazón
        su ausencia!
    ...Sus oídos
        oyendo otra voz     quizás
            otra risa.

¿Sabrá de olvidos el amor?
    ¿En qué pensará
        cuando sus codos
            están sobre otra mesa
                y el río del día
                    lo arrastra en su vorágine?

¡Oh, qué soñará...
    cuando mis sueños le sueñan!

Autor: Juan C. L. Rojas

miércoles, 22 de febrero de 2012

Alcobas recónditas

Se cuece en la tarde
    el pigmento feliz de los anhelos
        que de los suspiros carga el aire/
    y de glorias intrépidas
        el corazón se embebe.

Esa brisa que filtran
    las palmeras de tus manos
fragancia de azahares se vuelve
    al olfato ávido del amor.

Mi pecho oye cantares silentes
    que emergen/
        de esa alcoba recóndita/
    de esa cálida alcoba de tu pecho.

¡Son nuestros corazones
    que sin sentidos para el mundo
        sueñan!/
¡Más sueñan
    cuando la pasión estalla...
y son dueños sus retumbos
    de dominios y locuras!

Mientras la boca suena muda
    largo es el canto
        que llega hasta el oído...
            y hablan los ojos/
            la piel...

Si febriles mis pasos/
sólo van para soltar
    palomas lentas/
        ternuras blandas/
            que llevan dedos florecidos/
    que tocan sin rozar
        el aura de tus senos.

Candor de jazmines
    sacude al alma
y está dentro de su corazón su corazón/
    para vestirse
        con sedas y capullos...
    y con savia dulce del amor.

Juan C. L. Rojas

domingo, 31 de julio de 2011

Ronda una tristeza


Hay una tristeza oscura
    que ronda este silencio/
Y sus hombros se resignan...
    como se resigna la tierra 
        bajo el cielo de las lluvias.

Hay una tristeza que encierra
    la voz callada de los gritos/
del amor/
    sin matriz para la luz.

Ronda una tristeza que respiran
    jilgueros acallados/
Tristeza de los labios
    sin la plenitud tranquila de los besos/
del cariño
    sin las manos del abrazo/
de la distancia
    en la cripta de signos olvidados.
Perfuma los rostros
    el humo azul
        quemado en nuestros pechos/
cuando clava el tiempo
    su puñal
        marcador de la partida/
Cuando deja    /inconclusa/
    la furtiva sed de la pasión. 

Autor: Juan C. L. Rojas

lunes, 18 de julio de 2011

Septiembre


Abría septiembre
    el dilatado campo de las fragancias y las luces.

El aire confesaba el amor de las flores
    y la fuerza combatiente
        de suspiros contenidos.

¡Y quién era yo para presentar batalla!...
¡Me rendía a lo bello
     redimido del temor!

Quién era yo para juzgar
    el sexo intempestivo en las esquinas/
 o la precocidad ostentosa de las jóvenes...

¿Sabré, acaso, si ha de florecer   
    de las ruinas
        lo silvestre inesperado?

Abierta sobre el cáliz
    la rosa no espera/
       no mezquina su candor
            ni su perfume.

¡Y por eso    los titanes sedientos de mi alma
    se bebieron tu sangre/
        con mi sangre!...
            y devorado fue tu corazón
     con el mío.

¡Oh, ciclópea del amor la pasión desbocada!
Galopó
     hacia la rosa más íntima de tu ser/
        y nací de nuevo
    con la esperanza de tus ojos
        con la rama perfumada de tu cuerpo.

¡Oh, verdor
    que colorea y sacia
         al hambriento otoño del espíritu y la carne!

¡Crepúsculo y aurora que se enlazan
    con los ávidos brazos de los amantes!

...Sé que volverá septiembre
    como vuelve la vida a los huertos.

Sé que volverá/
    trayendo libertad bendecida
        a la rosa fresca/
a la ignorada flor
    en el jardín de los reyes.

Volverá lo sé
    hecho dios del fuego y la ternura
        con el cáliz servido 
para el brindis real del amor.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

miércoles, 2 de febrero de 2011

Lo imposible

Que puedo hacer/
    cuando no estás       amor
cuando se desmoronan del barranco
    las silvestres flores de mi espíritu.

Incierta lumbre dime/
¿que puedo hacer/
si cataratas de sombras
    cortan de mis ojos
        la luz cansada del camino?

¿Que puedo hacer/
cuando la esperanza
    perdida en el horizonte
solo avienta cenizas/
    de un sol que muere?

No sé/
en que ventana te escondes/
en que mirada/
ni cual es el brillo verdadero
    de tu omnipresencia esplendente.

Me subes al aire de la ansiedad
me cuelgas en las estrellas/
allá te espero
    en sueños de bohemias y locuras.

¿Sabes?
    ¡Me marcho
        con las alas que me distes
            quemadas de emociones!

¡Siento que sentencio lo absoluto
    y tiembla
        el agrio escozor de lo imposible!

Autor: Juan C. L. Rojas

martes, 2 de noviembre de 2010

Canto del amante


Canto azul del amante
   que se vierte en las horas/
con destellos escondidos
   de festivas alboradas.

En un puño lleva
   la felicidad de un sueño
      y en el otro
         tristezas infinitas.

Cunden impotencias
   de alegrías que se truncan/
abruptas/
   sobre el corazón cansado.

Envejecer en juventud
   es la consigna/
con una bandera a cuestas
   de obcecadas esperanzas.

Suelen quedar melancolías
   tras el café que se esfuma
      y la ironía de la lluvia
         que empapa de nostalgias.

Es por el amor/
que este ser resigna
   epopeyas de auroras/
y es por el amor/
que puede cantarte
   el sentimiento de su piel
      y de su sangre.

Navego en el recuerdo de esta luz
   que me exilia del mundo
para dormirme
   en el laurel soñado de tu cuerpo/
para ver que nuestras sombras...
mutuas deambulan
   y se encuentran
      para estrecharse
         en el rincón fugaz
            de los abrazos.

Se arrebujan las fragancias/
de estas flores ardientes
   en los continentes desesperados
      del amor.

Me dejo caer
   como libre plumón
      de ave en cenizas.
Arranco el corazón
   y las alas de un sueño.
Arranco esta voz de Romeo
   y susurros dolientes.
Arranco este sentir
   que sigue aún
      latiendo en la piel.

Me dejo caer
   ahora
      como plumón sin dueño/
despojado
del aliento
y del llanto.  

Autor: Juan C. L. Rojas    

viernes, 10 de septiembre de 2010

Sombra trashumante


Si pudieses caer
    amarga sombra trashumante.
Si pudieses caer
bajo un solo redoble
    descociendo sin piedad
        las hebras cansadas de mi pecho.

Si pudieses amasar
    sediento fuego del amor
        las glorias mezquinas de la muerte.

Hoy sin embargo
florece en los ojos
    este arcano desvivir de los pasos
cuando se cala en la piedra
    la estúpida obsesión de los sueños.

¡Sumen!    ¡Sumen!
    ¡Gravedad de los puñales!
¡Para fulminar como un rayo al sentimiento!

¡Sumen!    ¡Sume!
    ¡Heridas agudas del aire
         para desangrar estas penas
             y derramar en el desierto mi locura!

 Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.