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jueves, 18 de febrero de 2016

Hacia tus manos

Un suspiro

me recorre atravesando el alma...
desborda
desde la sangre contenida.

Un suspiro puede ser
el ala alucinada de un sueño
o la angustia prieta de imposibles...

Puede ser la libertad
anhelando ser libre.
Esencia que fluye
desde el crisol del espíritu.

Simplemente un deseo
desde el bien hacia el bien.
Energía de un brote
buscando la luz de la vida.

Pero mi suspiro
es corriente de amor
empujando al viento hacia tus manos.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 18 de abril de 2010

Alas de pasión

Alas vehemente de pasión
    vuela mi sueño/
hacia un cielo de luz que nace
    verde  corazón
        de alegre primavera.

Amor    altar etéreo
    donde en dulzuras o tristezas
        suele    /irremisible/
            ofrendarse la vida.

Cóndor que vuela ingrávido
    escrutando las cumbres.


Alas de fuego.
Sueño incomprensible de los sueños.
Soledad de soledades.


En las alturas del alma
    golpea a veces
        el frío soplo de la tristeza.
Nieve y viento sobre las palabras calladas.
En la roca dura.
En las blandas nubes.


Destello rasante/    embebido de dicha/    el amor pasa.
En el cuerpo invisible del espíritu deja una estela/
Hálito benigno de luz
    que puede ser    inasible.


¡Ah, cuando te mira el amor
    derrama de sus ojos la miel del espíritu!
        Y sus alas de cóndor /    de paloma/    de fuego
despiertan tesoros ocultos/
    júbilos dormidos
        de voces secretas.

¡Decidida
    la temeraria candidez
        sube a sus alas!

Autor: Juan C. L. Rojas






martes, 3 de noviembre de 2009

Cada tarde


                                                          "Siempre, te alejas en las tardes
                                                          hacia donde el crepúsculo corre
                                                          borrando estátuas"
                                                          P. Neruda

Como la verdad eterna
   de fantasmas desapareciendo
       así es tu sombra/
así es tu vida en mi vida.

En cada crepúsculo
    cae el ancla del alma.
Se hunde pesada su cruz
    cadena y péndulo
        /mareándose/
            en la turbiedad del mar.
En vano su locura
    busca un peñasco
        donde clavar su uña.

Arranca la greda profunda/
Solidez mentirosa del barro/
¡Imposible anclar a veces
    y lograr la anhelada quietud!


La cubierta desolada
    mira hacia el cielo.
Huyeron los goznes de acero/
    y del marino capitán
        lo ducho y la calma.

Más azules tornan las luces/
    aún más
        se opaca
            el brillo vaporoso del agua/
y como un barquito de papel
    navego en el torrente
        /baldía el alma/
            ebria y sin rumbo.

...Quizás la fuerza de una estrella
    fulgure entre las nubes.
¿Será tal vez rutilante ilusión
    y el manantial de mañana
        tan sólo un sueño?

...En el ensueño suele a veces danzar
    un remolino de lumbres/
y suele ser lo soñado
    un estigma de luz
        /un tizón ardiente/
    para nuevamente encender
        el sol de mañana. 

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.