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jueves, 6 de marzo de 2014

Instinto de la flor


Sobre las planicies del aire
    navega
        el instinto de la flor...
            y sufre una pena/
    Pena del color desfalleciente 
        que muerden
           equívocas luces.

Se mueve flameando
   vertical/
      suelta/
         indecisa/
   la flor del jacarandá
resignando esplendores
   en la copa púrpura/
      diferente/
 del deseo.

Con sutil voz llama
   la otra voz cadenciosa 
      de tus pasos   
   que derraman candores
      en la danza anhelante
         de los sueños.

Tu pelo
   gime al viento
      estallido vigoroso de trigales/
hebras/   lazo de hadas/
   buscando
      la cinta cariñosa
   de lícitas manos/
¡Oh, autoridad natural del amor!

Te ama el sol   aún
   en su celo de ondas cósmicas
      cuando las penumbras te envuelven/
   sombras que embargan
      /atrevidas/
   tus alas de gaviota.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

lunes, 3 de marzo de 2014

La tarde cómplice

Se encendió en crepúsculo la tarde
    cuando ya no estabas
y en tropiezo de sombras
    sucumbí a tu ausencia. 

Rodó la tarde en pasillos largos
    túneles de oscuridades quietas...
        y me habló con su voz silente. 

Desde sus banderolas
    los salones me espiaron discretos...
        y entre tanto
            de ti me habló la tarde
        desde su corazón misterioso    al mío.

Cayó mi sombra cabizbaja/
mis brazos rendidos/
mi rostro en bandejas
    de fríos pasamanos/
Metales hirientes
    de brumosas escaleras.

En sollozos    sordos
    confundí
        una voz rumorosa...

Resignada a la noche
la tarde cómplice
    consoló mi quimera
        acarició mi esperanza. 

¡Oh, esperar de nuevo!...
¡Un día siguiente
    para los besos rescatados!
¡Para liberar en júbilo
    a nuestros prisioneros esplendores! 

Autor: Juan Carlos Luis Rojas


domingo, 7 de agosto de 2011

Luz posesiva


Ahí estás/
    en mi espacio tu sombra
y tu luz posesiva
    cortando llamas
        y encrucijadas indelebles.

Ahí estás...
    calando intermitente mis senderos
        andando en mis pasos
            los tuyos.

Yo
    viajante de bohemias desiertas.

    manantial/
        frescor de valles.

Rumor de estrellas    me hablas
    en la pirámide abierta de tu voz.
Angel que fecundas mis ausencias
    en multitudinarios himnos/    
        para salvar mis delirios
            de sus muertes ditirámbicas.

Yo/
    trotamundo del espíritu.
Tú/
    de mis venas
        la pragmática lumbre.

Autor: Juan C. L. Rojas

viernes, 8 de octubre de 2010

Propiedad

Se derrama    el aire    la luz
    tentáculos libidinosos.
Caen sobre tu cuerpo
    haciendo estallar
        de la mansedumbre
            la puerta de los celos...
        y no sabes
    que van mis ojos
        a la batalla
            sentenciando en el alma
                el poder de lo propio.

No sabes
    que tu nombre    pequeño    tierno
que pronuncio sin voz...
que dos golpes son    ¡míos!
silábicos sonidos
    de cristales en brindis...

del alborozo    que es nuestro
    que es mío
cosquilleando mi corazón
    que es tuyo.

En tanto/
es tu propiedad    /ser/    libre
    y así es como te quiero.

Autor: Juan C. L. Rojas


martes, 3 de agosto de 2010

Necesidad


Si acepto este silencio
    es para escuchar a tu corazón/
mientras descanzan sobre mi cabeza
    tus manos
        tus mejillas.

Si necesito este silencio
    es para escuchar tu voz/
que murmura
    no se qué tímidos sonidos.

Si quiero esta lluvia/
es para que se convierta
    en una muralla de libertad
        que nos oculte del mundo.

Si tengo esta melancolía/
es para desagitar la tristeza
    de saber que te irás.

Si necesitara la soledad/
no sería para estar solo/
sino para buscarte/
hallándote aquí/
dentro de mi pecho.

Autor: Juan C. L. Rojas

martes, 30 de marzo de 2010

Alumbrando penumbras


Pude llegar esta tarde
    a mi rincón de bohemias deshiladas...
         después de despedirte...
    Luego de vorágines ardientes ¿verdad?
En los lazos de la pasión y del amor.

Suspiro ahora ensueños
    de arpas y guaranias.
Respiro poemas/
y música que sublima los anhelos.
Siento tu voz diaria rondando mi sien/
    invitándome a callar/
a silenciar el grito ardiente
    que estalla en mi pecho.
¡Oh, ingenua y dulce!...
¿Le pides calma
    al corazón que no sabe olvidarte?...
El va más allá de su sangre
    y de nuestros cuerpos/
Más allá de las fronteras
    de llamas y torrentes inflamados.
Oh, mujer
    como a un niño, que no sueñe
        no le pidas al poeta que no sienta.

Trituro mi nostalgia
    cuando espera un milagro
        la esperanza obsecada/
Pero... acopia incertidumbre mi pasión.


¿Recuerda tu cuerpo a mis brazos?
¿Me recuerdas murmurándote al oído
    sintiendo tu corazón golpe a golpe
        tu piel palmo a palmo, lo recuerdas?

Se enrojece la tarde
    matizada de nubes azules.
La calidez de una brisa
    trae fantasmas de ternura/
horas del disfrute/
cotidiano trajín aderezado en el amor...
¡Es allí donde supimos con certeza
    de nuestro gozo subrepticio...
alumbrando en las penumbras.

Autor: Juan C. L. Rojas



martes, 16 de febrero de 2010

En ancas de la razón: Conseguiremos todo si nos amamos

http://enancasdelarazon.blogspot.com/2009/08/conseguiremos-todo-si-nos-amamos.html



Juan C. L. Rojas dijo...


Excelente tu poema.


Me tomo el atrevimiento de llevar un enlace a mi blog.


Ese amor medular que a veces va intrínseco en las cosas, en la gente... y a veces no lo notamos, porque nos falta sensibilidad, o porque nosotros mismos no lo dejamos notar...
No lleva una calculadora encima, ni otras formas de cuentas; sólo fluye brindándose.


Un abrazo amigo.


Juan.

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.