Si pudieses caer
amarga sombra trashumante.
Si pudieses caer
bajo un solo redoble
descociendo sin piedad
las hebras cansadas de mi pecho.
Si pudieses amasar
sediento fuego del amor
las glorias mezquinas de la muerte.
Hoy sin embargo
florece en los ojos
este arcano desvivir de los pasos
cuando se cala en la piedra
la estúpida obsesión de los sueños.
¡Sumen! ¡Sumen!
¡Gravedad de los puñales!
¡Para fulminar como un rayo al sentimiento!
¡Sumen! ¡Sume!
¡Heridas agudas del aire
para desangrar estas penas
y derramar en el desierto mi locura!
Autor: Juan Carlos Luis Rojas