Envidio los lugares
donde te lleva la tarde
cuando se apaga en las penas
mi alegre silbo que inspiras.
Te pienso/
cuando en la mesa del café
me impregna
el burdo sabor a melancolía/
aún sabiendo que en cada sorbo
bebo tu grato recuerdo.
Arde en mi corazón la ansiedad impotente.
Quimeras.
Sueños.
Cambiar el destino.
Cuando ya aturdido me marcho/
y revientan en la vereda
los ojos ciegos de mis pies/
viene a mi
el cielo de las caricias robadas
y abres en mi pecho
(no sé si sabes)
una pena y una flor.
Pudiera yo
cocer en el vino amargo
la dura cerviz del delirio.
Pudiera el amor
romper las murallas del tedio/
abrir ventanas
de soles y dichas
para que auyenten
a estas tormentas del alma.
Cuando me envuelve la noche
en esta mendicidad resignada
me regala generosa
el poder de soñarte...
¡Que habrá un mañana
me cuenta
de esplendoroso cielo
que cantará nuestro amor!
Autor: Juan C. L. Rojas
cuando se apaga en las penas
mi alegre silbo que inspiras.
Te pienso/
cuando en la mesa del café
me impregna
el burdo sabor a melancolía/
aún sabiendo que en cada sorbo
bebo tu grato recuerdo.
Arde en mi corazón la ansiedad impotente.
Quimeras.
Sueños.
Cambiar el destino.
Cuando ya aturdido me marcho/
y revientan en la vereda
los ojos ciegos de mis pies/
viene a mi
el cielo de las caricias robadas
y abres en mi pecho
(no sé si sabes)
una pena y una flor.
Pudiera yo
cocer en el vino amargo
la dura cerviz del delirio.
Pudiera el amor
romper las murallas del tedio/
abrir ventanas
de soles y dichas
para que auyenten
a estas tormentas del alma.
Cuando me envuelve la noche
en esta mendicidad resignada
me regala generosa
el poder de soñarte...
¡Que habrá un mañana
me cuenta
de esplendoroso cielo
que cantará nuestro amor!
Autor: Juan C. L. Rojas