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martes, 20 de marzo de 2012

No hay adiós


No permitas/
que la humedad de la tristeza
    ascienda/   
por los capilares dolidos del alma.

No permitas que te entristezca
    la palabra cortante del adiós...
porque no hay adiós.

El amor
    siempre ronda el mundo
        en la fresca sintonia del espíritu.
Ese amor
    no sabe/
de dioses ególatras
    ni de caminos perdidos.

A partir de ahora/
a partir de hoy/
pon en tus manos las flores
    que generosas se inclinan a tu paso.
No dejes marchitarse
    la emoción valiente de la espera.
Dale una sonrisa
    aromada de tu luz
        al verdor de los anhelos.
Observa/
La vida es una aventura
    de paisajes infinitos/
Aunque pueden    a veces
sus follajes
herir al corazón.

¿Sientes la melancolía de violines
    que se mecen en el pecho?...
Yo también siento/
Dame entoces
    el placer de redoblar/
esta apuesta tambaleante
    de gorriones.

¡Suelta ahora!...
¡Suelta bajo tus pies
    esas semillas vacilantes del amor!
Recogerás los frutos/
Donde sea que vayas.
Donde sea que vuelvas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 30 de marzo de 2010

Alumbrando penumbras


Pude llegar esta tarde
    a mi rincón de bohemias deshiladas...
         después de despedirte...
    Luego de vorágines ardientes ¿verdad?
En los lazos de la pasión y del amor.

Suspiro ahora ensueños
    de arpas y guaranias.
Respiro poemas/
y música que sublima los anhelos.
Siento tu voz diaria rondando mi sien/
    invitándome a callar/
a silenciar el grito ardiente
    que estalla en mi pecho.
¡Oh, ingenua y dulce!...
¿Le pides calma
    al corazón que no sabe olvidarte?...
El va más allá de su sangre
    y de nuestros cuerpos/
Más allá de las fronteras
    de llamas y torrentes inflamados.
Oh, mujer
    como a un niño, que no sueñe
        no le pidas al poeta que no sienta.

Trituro mi nostalgia
    cuando espera un milagro
        la esperanza obsecada/
Pero... acopia incertidumbre mi pasión.


¿Recuerda tu cuerpo a mis brazos?
¿Me recuerdas murmurándote al oído
    sintiendo tu corazón golpe a golpe
        tu piel palmo a palmo, lo recuerdas?

Se enrojece la tarde
    matizada de nubes azules.
La calidez de una brisa
    trae fantasmas de ternura/
horas del disfrute/
cotidiano trajín aderezado en el amor...
¡Es allí donde supimos con certeza
    de nuestro gozo subrepticio...
alumbrando en las penumbras.

Autor: Juan C. L. Rojas



Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.