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jueves, 10 de abril de 2014

Nuevas estrellas

Por fin
   detuve un momento
      mi traviesa locura de niño.

Tras un golpe contra el horizonte, pude bajar
del caballo desbocado
   que espolearon mis sueños.

Volví entonces mis ojos
   de esas llanuras sedientas...
aquellas que insuflan
   anhelos ardientes en el corazón/
¡Candor del pecho/
   buscador de montañas imposibles!

Volví mis pasos.
    ¿Se rindieron acaso?...
Se aquietaron 
   para envejecer aún más
      su cansada esperanza.

A mi espalda
   vi un mar gris    opaco/    brumoso...
¡Tantos ojos marchitos!

Vi a la pasión anhelante.
¡Ella era/    es/
   el combustible del sol
      quemando las alas de la vida!

Regresé del camino de la ilusión
tras la cortina lluviosa de las lágrimas.
Caminé    sobre continentes antiguos
   de sueños perdidos.

Amarrado en sus puertos
   había barcos en cenizas humeantes.
Dejé en cada altar de sus mástiles
   la bendición de un suspiro
      y en el último
la rendición de mi espada.

Monté otra vez
   con humildades nuevas
con tristeza dura/
con rumbo incierto/

El trote es leve.
Un río de manso fluir
   sin medida del tiempo.

Sobre mi frente
   caen sin cesar
      (del oscuro arpegio de la noche)
guiños amables
   de mis nuevas estrellas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas 

miércoles, 2 de abril de 2014

Deriva

Firmes/ aprietan mis manos
    las ramas encendidas de mis sueños.
Cristalizadas florecen 
    en las callosidades pétreas de la tierra.
...Y decantan en el mar
    la lucha derramada.

Sí, todavía vengo...
Vengo    todavía    forzando   el remo
    hamacándome en la sal 
        de estas aguas turbias...

Suena una esperanza en el corazón deshecho
    en el momento que acaricio a un niño
        con mis dedos duros.

Pero... con el brillo de tus ojos buenos
    que me miman
        que me hieren
¡vivo    muero!

Entre las piedras silban
    zumos celestes
        de sutiles savias
            y avanzo...
con el pecho abierto
    con la simiente presta
        con la frente alta.

Mis puños amenazan/
    victoria de poeta
        luz del canto.

Volveré.
Mil veces volveré
    a besar la flor 
        en estos campos yermos.

Tú vendrás
    acaso un día
        ternura
a fertilizar mis cielos
    infinitos
        en deriva errante.

AUTOR: Juan Carlos Luis Rojas

lunes, 3 de marzo de 2014

La tarde cómplice

Se encendió en crepúsculo la tarde
    cuando ya no estabas
y en tropiezo de sombras
    sucumbí a tu ausencia. 

Rodó la tarde en pasillos largos
    túneles de oscuridades quietas...
        y me habló con su voz silente. 

Desde sus banderolas
    los salones me espiaron discretos...
        y entre tanto
            de ti me habló la tarde
        desde su corazón misterioso    al mío.

Cayó mi sombra cabizbaja/
mis brazos rendidos/
mi rostro en bandejas
    de fríos pasamanos/
Metales hirientes
    de brumosas escaleras.

En sollozos    sordos
    confundí
        una voz rumorosa...

Resignada a la noche
la tarde cómplice
    consoló mi quimera
        acarició mi esperanza. 

¡Oh, esperar de nuevo!...
¡Un día siguiente
    para los besos rescatados!
¡Para liberar en júbilo
    a nuestros prisioneros esplendores! 

Autor: Juan Carlos Luis Rojas


miércoles, 2 de febrero de 2011

Lo imposible

Que puedo hacer/
    cuando no estás       amor
cuando se desmoronan del barranco
    las silvestres flores de mi espíritu.

Incierta lumbre dime/
¿que puedo hacer/
si cataratas de sombras
    cortan de mis ojos
        la luz cansada del camino?

¿Que puedo hacer/
cuando la esperanza
    perdida en el horizonte
solo avienta cenizas/
    de un sol que muere?

No sé/
en que ventana te escondes/
en que mirada/
ni cual es el brillo verdadero
    de tu omnipresencia esplendente.

Me subes al aire de la ansiedad
me cuelgas en las estrellas/
allá te espero
    en sueños de bohemias y locuras.

¿Sabes?
    ¡Me marcho
        con las alas que me distes
            quemadas de emociones!

¡Siento que sentencio lo absoluto
    y tiembla
        el agrio escozor de lo imposible!

Autor: Juan C. L. Rojas

jueves, 11 de noviembre de 2010

La tarde cómplice

Se encendió en crepúsculo la tarde
    cuando ya no estabas
y en tropiezo de sombras
    sucumbí a tu ausencia.


Rodó la tarde en pasillos largos
    túneles de oscuridades quietas...
        y me habló con su voz silente.


Desde sus banderolas
    los salones me espiaron discretos...
        y entre tanto
            de ti me habló la tarde
        desde su corazón misterioso    al mío.


Cayó mi sombra cabizbaja/
mis brazos rendidos/
mi rostro en bandejas
    de fríos pasamanos/
Metales hirientes
    de brumosas escaleras.


En sollozos    sordos
    confundí
        una voz rumorosa...


Resignada a la noche
la tarde cómplice
    consoló mi quimera
        acarició mi esperanza.


¡Oh, esperar de nuevo!...
¡Un día siguiente
    para los besos rescatados!
¡Para liberar en júbilo
    a nuestros prisioneros esplendores!


Autor: Juan C. L. Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.