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martes, 20 de marzo de 2012

No hay adiós


No permitas/
que la humedad de la tristeza
    ascienda/   
por los capilares dolidos del alma.

No permitas que te entristezca
    la palabra cortante del adiós...
porque no hay adiós.

El amor
    siempre ronda el mundo
        en la fresca sintonia del espíritu.
Ese amor
    no sabe/
de dioses ególatras
    ni de caminos perdidos.

A partir de ahora/
a partir de hoy/
pon en tus manos las flores
    que generosas se inclinan a tu paso.
No dejes marchitarse
    la emoción valiente de la espera.
Dale una sonrisa
    aromada de tu luz
        al verdor de los anhelos.
Observa/
La vida es una aventura
    de paisajes infinitos/
Aunque pueden    a veces
sus follajes
herir al corazón.

¿Sientes la melancolía de violines
    que se mecen en el pecho?...
Yo también siento/
Dame entoces
    el placer de redoblar/
esta apuesta tambaleante
    de gorriones.

¡Suelta ahora!...
¡Suelta bajo tus pies
    esas semillas vacilantes del amor!
Recogerás los frutos/
Donde sea que vayas.
Donde sea que vuelvas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

miércoles, 2 de febrero de 2011

Lo imposible

Que puedo hacer/
    cuando no estás       amor
cuando se desmoronan del barranco
    las silvestres flores de mi espíritu.

Incierta lumbre dime/
¿que puedo hacer/
si cataratas de sombras
    cortan de mis ojos
        la luz cansada del camino?

¿Que puedo hacer/
cuando la esperanza
    perdida en el horizonte
solo avienta cenizas/
    de un sol que muere?

No sé/
en que ventana te escondes/
en que mirada/
ni cual es el brillo verdadero
    de tu omnipresencia esplendente.

Me subes al aire de la ansiedad
me cuelgas en las estrellas/
allá te espero
    en sueños de bohemias y locuras.

¿Sabes?
    ¡Me marcho
        con las alas que me distes
            quemadas de emociones!

¡Siento que sentencio lo absoluto
    y tiembla
        el agrio escozor de lo imposible!

Autor: Juan C. L. Rojas

domingo, 18 de abril de 2010

Alas de pasión

Alas vehemente de pasión
    vuela mi sueño/
hacia un cielo de luz que nace
    verde  corazón
        de alegre primavera.

Amor    altar etéreo
    donde en dulzuras o tristezas
        suele    /irremisible/
            ofrendarse la vida.

Cóndor que vuela ingrávido
    escrutando las cumbres.


Alas de fuego.
Sueño incomprensible de los sueños.
Soledad de soledades.


En las alturas del alma
    golpea a veces
        el frío soplo de la tristeza.
Nieve y viento sobre las palabras calladas.
En la roca dura.
En las blandas nubes.


Destello rasante/    embebido de dicha/    el amor pasa.
En el cuerpo invisible del espíritu deja una estela/
Hálito benigno de luz
    que puede ser    inasible.


¡Ah, cuando te mira el amor
    derrama de sus ojos la miel del espíritu!
        Y sus alas de cóndor /    de paloma/    de fuego
despiertan tesoros ocultos/
    júbilos dormidos
        de voces secretas.

¡Decidida
    la temeraria candidez
        sube a sus alas!

Autor: Juan C. L. Rojas






martes, 16 de febrero de 2010

En ancas de la razón: Conseguiremos todo si nos amamos

http://enancasdelarazon.blogspot.com/2009/08/conseguiremos-todo-si-nos-amamos.html



Juan C. L. Rojas dijo...


Excelente tu poema.


Me tomo el atrevimiento de llevar un enlace a mi blog.


Ese amor medular que a veces va intrínseco en las cosas, en la gente... y a veces no lo notamos, porque nos falta sensibilidad, o porque nosotros mismos no lo dejamos notar...
No lleva una calculadora encima, ni otras formas de cuentas; sólo fluye brindándose.


Un abrazo amigo.


Juan.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Una sinfonía

Como una sinfonía que discurre
    te dejo fluir    ser así
        como estás creada.
Penetrando libre 
    en las hendiduras del aire
        en los poros de mi espíritu.

Sólo sentirte/
¡Deleitar los sentidos!

Música que despeja el alma
    como un cantar victorioso.

No se atreverán mis dedos
    a rozar las cuerdas.
Nada cambiaré
ni apoyaturas    ni silencios    ni bemoles.

Me dejo llevar
    en la mágica deriva
        de la luz que corre/
    Sangre tuya
y mía
    fluyendo
en el misterio del amor.

¡Avido absorbo...
    (¡para vivir!)
        los cantares envolventes
            del concierto!

Autor: Juan C. L. Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.