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viernes, 7 de febrero de 2014

Maternidad primera


Es vibración sutil
que emergiendo va/
¡Música fecunda de vida!
en el diapasón de tu vientre.

¡Desde la naturaleza misma
que cuida sus vergeles/
aprendes ternura, madre,
joven madre primera!

Se van multiplicando los sueños
y sentires que acunas celosa
entre los abrazos
y besos de ternura.

Despiertan de tu ser
sorprendentes instintos
que te dicta la sangre.
Y el mapa de la vida
te guía certera en el brote/
del vástago nuevo/
de la nueva flor.

Te rodean, y en ti
fortalezas, protección/
feliz cuidado y cariño.

¡Seas bienaventurada,
madre
y tu naciente candor!

Autor: Juan Carlos Luis Rojas
(A Vivi Salomón de Torres Bordón, sobrina,
y a todas las madres en su primera gestación)




martes, 5 de febrero de 2013

Amiga mía


Cuando deslío mi corazón
amiga mía
en tu abrazo dulce/   generoso/
siento que tu piel fecunda rosas
    en la árida tierra de mi alma.

Sonoridades ocultas brotan
    de celestes sinfonías.

El poder de tu candor
me trae
    la ternura y el fuego.

...Sirves en mis venas
(y no sabes)
    salud/ sosiego/ pasión/ simiente.

Sólo amigos... dices.
¡Qué pequeña palabra!
¡Dichosos son los aventurados
    en la maraña de lo íntimo
        cuando caen
            en la deliciosa red del amor!

Vedadas glorias/ aún flotan
en el aire donde vuelan
    nuestras miradas.

Infantería de pasiones
    hay en mi pecho aguerrido.

Estoico/
dejo clavar en mi corazón
    la daga irremisible
        del sentimiento.

¡Ay, amiga mía
dime que sabes!...
Que hay más que palabras
    en nuestras voces...
más que caricias
    en nuestras manos...

Dime
    que crece entre nosotros
        la flor exuberante del amor.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 23 de marzo de 2010

Heridas y derrotas


Hiere el adiós
    como un hacha etérea/
Cuando cae su filo
    invisible y cruel. 

Se deslizan entre sí las manos
    /rozándose/
hasta el último contacto
    en la punta de sus dedos...
        /despidiéndose/
Sólo un café amargo queda
    para endulzar esta melancolía. 

La ansiedad construye 
   sus alas temblorosas
        que torna a la ternura
            torpe y sin sentido.

Cuando se aquietan mis manos
    frías    y distantes de tu piel
no sé si es tal su conquista
    como el derecho de mis dedos
        en tus senos solazarse. 

¿Por qué estos pasos míos/    tercos/
    van con vos hacia la cima incierta
si yo bien sé
    que volverán rodando en la pendiente
tras el golpe cruel de lo imposible? 

Eslabones perdidos de historias quedan
    en la cadena de la vida/
Suenan/
    como heridas y derrotas
y como siempre... ¿hasta cuándo?

El débil cordón de plata que nos une
    se funde cada tarde
        en la flama dolorosa del adiós.

¿Es sólo fugaz aventura de un sueño
    lo que me marcan tus ojos    
        cuando juegan su ironía en la sonrisa? 

Arremete a veces el secreto punzante
    de tu palabra abrupta y callada/
¿Me dice, acaso, su silencio
    lo superfluo...
        lo imposible de este amor? 

Autor: Juan C. L. Rojas

martes, 16 de febrero de 2010

En ancas de la razón: Conseguiremos todo si nos amamos

http://enancasdelarazon.blogspot.com/2009/08/conseguiremos-todo-si-nos-amamos.html



Juan C. L. Rojas dijo...


Excelente tu poema.


Me tomo el atrevimiento de llevar un enlace a mi blog.


Ese amor medular que a veces va intrínseco en las cosas, en la gente... y a veces no lo notamos, porque nos falta sensibilidad, o porque nosotros mismos no lo dejamos notar...
No lleva una calculadora encima, ni otras formas de cuentas; sólo fluye brindándose.


Un abrazo amigo.


Juan.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Nace Eros


Cuando estás conmigo
    nace Eros.
Espolea el desasosiego
      en el esplendor fervoroso de la carne.

Deshojo las magnolias de tu piel.

Atrapo en el aire el zumo fugaz de lo furtivo
     mientras galopan desbocadas
         las tibias olas de mis venas.

Estalla el regocijo/    muere el corazón...
¡Qué bueno es morir
     en la ternura de tus brazos!

Cuando estoy contigo nace Eros/
El espíritu se anuda en el amor
     y bebo estrellas que titilan en mi cuerpo.

Debes marcharte      lo comprendo.
Pueril anhelo el mío...
     ¡Detener golondrinas!

No importa dónde
     en cualquier lejanía
         te visitará mi duende intrépido/
con la antorcha ansiosa del amor.

No importa la noche que te cubra/
     sentirás mis manos deslizarse
         en las cálidas playas del pubis.

Te rozarán mis labios/
     subiendo la curva placentera de tu pecho/
         y en tus oídos la declamación del cielo
             en el feliz delirio de tus sueños.

Estaré en ti/
     encendiendo lo perenne
de que vive el Universo.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.