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miércoles, 12 de marzo de 2014

Esperándote

Se acercan los días
    cuando no importa
      si grita el sol
         desde su alta arrogancia/
      o si la lluvia lo disuelve 
         sobre baldosas oscuras.

En esos días
no me importa el estrépito de los niños
   que están felices en el patio de juegos
      de un jardín.
No me interesa 
   si alguien
      en otro confín
   espera   o desespera.

Soy atalaya
   sólo de los pasos que quiero.

Estiro mi tiempo.
Vale la pena soñar
arrancar el día
   desde el tallo fresco 
      de la flor matutina;
sondear el tesoro
   que derrama el amor,
esas caricias que afilan
   mi lanza hacia el mundo.

Cuando la desventura fortuita
   me elige su blanco...
y me quitan tus manos, 
   tus manos, tus besos...
entonces
tropieza el ángel
   que encamina mis días...
¡Trémulo el espíritu y...!
¡Oh, Dios
   cada proyecto se abisma!

Yo/
Humilde barro que ama/
caigo abatido
   aunque en mis pies queden
mis deslustradas hazañas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 10 de septiembre de 2010

Sombra trashumante


Si pudieses caer
    amarga sombra trashumante.
Si pudieses caer
bajo un solo redoble
    descociendo sin piedad
        las hebras cansadas de mi pecho.

Si pudieses amasar
    sediento fuego del amor
        las glorias mezquinas de la muerte.

Hoy sin embargo
florece en los ojos
    este arcano desvivir de los pasos
cuando se cala en la piedra
    la estúpida obsesión de los sueños.

¡Sumen!    ¡Sumen!
    ¡Gravedad de los puñales!
¡Para fulminar como un rayo al sentimiento!

¡Sumen!    ¡Sume!
    ¡Heridas agudas del aire
         para desangrar estas penas
             y derramar en el desierto mi locura!

 Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 23 de marzo de 2010

Heridas y derrotas


Hiere el adiós
    como un hacha etérea/
Cuando cae su filo
    invisible y cruel. 

Se deslizan entre sí las manos
    /rozándose/
hasta el último contacto
    en la punta de sus dedos...
        /despidiéndose/
Sólo un café amargo queda
    para endulzar esta melancolía. 

La ansiedad construye 
   sus alas temblorosas
        que torna a la ternura
            torpe y sin sentido.

Cuando se aquietan mis manos
    frías    y distantes de tu piel
no sé si es tal su conquista
    como el derecho de mis dedos
        en tus senos solazarse. 

¿Por qué estos pasos míos/    tercos/
    van con vos hacia la cima incierta
si yo bien sé
    que volverán rodando en la pendiente
tras el golpe cruel de lo imposible? 

Eslabones perdidos de historias quedan
    en la cadena de la vida/
Suenan/
    como heridas y derrotas
y como siempre... ¿hasta cuándo?

El débil cordón de plata que nos une
    se funde cada tarde
        en la flama dolorosa del adiós.

¿Es sólo fugaz aventura de un sueño
    lo que me marcan tus ojos    
        cuando juegan su ironía en la sonrisa? 

Arremete a veces el secreto punzante
    de tu palabra abrupta y callada/
¿Me dice, acaso, su silencio
    lo superfluo...
        lo imposible de este amor? 

Autor: Juan C. L. Rojas

lunes, 2 de noviembre de 2009

Baldosas adormecidas

Ya no camino/
Lo hacen sólo mis pasos
   sobre las baldosas adormecidas
      de mi pensamiento/
Caminan/
sobre esta paradoja
   del placer y del dolor.

Pensar que hace un rato nomás
   eran en mis piernas las tuyas
      tallo fresco/
         verde fuego/
            enredadera de pasión.

Y hubo la eternidad de un momento/
   unidad del instante
      de tus manos y las mías...
         y de estos labios    y los tuyos/
            abrazados del deseo.

Y fueron entre sí nuestra piel
   en busca de ríos de tibieza
      cuando los ojos entraban/
         en túneles de mágica ternura.

Y fueron a la cúspide
   estas banderas del amor...
      para decirse adiós
         en la llama susurrante
            de los labios.

...y ya no camino/
lo hacen sólo mis pasos/
sobre las baldosas adormecidas
   de mi pensamiento/
Deambulan/
sobre esta paradoja dura
   del placer y del dolor.

Autor: Juan C. L. Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.