... ¡Y yo quería ser poeta/
para cantarte bellos himnos!
...¡No pude!
Aquí estoy
con versos torpes
de la tristeza y el dolor
de reinos destruidos/
quebrados cetros/
en el pensamiento de este rey
de sólo ensueños.
¡Oh, temerario corazón que no sabe de imposibles!
¡Loco corcel sin sentido del abismo!
Sin embargo yo podría vencer la soledad...
(contigo)
ganar batallas con sólo las caricias de tus manos.
Es tu prerrogativa mi obediencia
al chasquido de tus dedos
para construírte nuevos mundos
desde la musa ardiente de tu sangre.
Levantar esos reinos milenarios de héroes abatidos.
Vitalizar esperanzas aletargadas.
Amada mía
porque puedo sentir es que camino/
sobre tus ojos/ sobre tu cuerpo/
aunque seas aire/ aunque seas agua/
Yo puedo lamer
tu sonrisa tibia
que se trepa
sobre la piel de mi corazón/
Puedo besar tus plantas
con mi espíritu
aunque estés
tan distante de mis cielos.
Quería yo ser poeta
y ya está seca/
la hoja ruda de mi pluma.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas
para cantarte bellos himnos!
...¡No pude!
Aquí estoy
con versos torpes
de la tristeza y el dolor
de reinos destruidos/
quebrados cetros/
en el pensamiento de este rey
de sólo ensueños.
¡Oh, temerario corazón que no sabe de imposibles!
¡Loco corcel sin sentido del abismo!
Sin embargo yo podría vencer la soledad...
(contigo)
ganar batallas con sólo las caricias de tus manos.
Es tu prerrogativa mi obediencia
al chasquido de tus dedos
para construírte nuevos mundos
desde la musa ardiente de tu sangre.
Levantar esos reinos milenarios de héroes abatidos.
Vitalizar esperanzas aletargadas.
Amada mía
porque puedo sentir es que camino/
sobre tus ojos/ sobre tu cuerpo/
aunque seas aire/ aunque seas agua/
Yo puedo lamer
tu sonrisa tibia
que se trepa
sobre la piel de mi corazón/
Puedo besar tus plantas
con mi espíritu
aunque estés
tan distante de mis cielos.
Quería yo ser poeta
y ya está seca/
la hoja ruda de mi pluma.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas