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lunes, 10 de febrero de 2014

A mares.

Al influjo de las penumbras,
o sin luz, o sin sombras,
atinado desatino
del placer
guiado de suspiros...
Los cuerpos se desvisten
en giros adyacentes;
ágiles felinos son
que silentes se deslizan
con sus garras afiladas de caricias...
Cálida extensión
de piel sobre piel
se acometen
de fragancias y sabores
fagocitan...
Sangre que acrecientan
en torrentes y dos mares;
geografías
carnales contrapuestas
que se funden,
tremulares, temblores
que se habitan
en puntos
de geometrías tangenciales,
se devoran
en cumbres y en abismos.
Aritmética
del arte movedizo,
¡artilugio de la formas
en pares complementos!
Sentires y placeres
perdidos en la luna,
vivientes del ensueño,
desorbitados del mundo.
Armonía de susurros
en sonidos de afluentes.
Entrañas de la tierra
y sus fragores
donde magmas
transmigraron en los cuerpos,
ascendente y descendente
que baten y rebaten
a punto de heliocentro...
¡Y estallan!...
Pero es, ¡a mares
en fulmíneo final!
¡Plasma de estrellas!
lo que sueñan...
lo que sienten...

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 22 de marzo de 2012

Simple

No es/
   ni fortuita
      ni gratis
   la defección que siembra la indolencia del espíritu.
Tarde o temprano
   brotará la semilla de su mal.

Es porque no piensa con el corazón
   que el mundo cae en el raciocinio de su muerte.
Su necia picardía
   guarda el escrúpulo en los cofres del cinismo.

Todavía desierto de amor/
   fustiga sangre el andar de los hombres.
Se creen sabios/
y enseñan malabares a robots
   en el campo sideral de atónitas estrellas...
pero sus almas no saben volar.

Pareciera vano    finalmente
   el hechizo que nos brinda
      la floresta colorida en el desierto.

Es así/ que revuelto en penurias combativas
   danza este follaje amarillento/
de quien fue quitando verdores
   el hollín y la flama
      del ardiente vivir.

¡Pero es simple el remedio, sin embargo!...
¡Simple!
Como una gramilla extendida
   sobre la piel de la tierra.

Es sólo saber sentir/
   para comprender a las voces
      que suenan en estos ojos.

De toda esta...
   crudeza de la desidia
      me desahogo a veces mirando a los nidales/
   Donde los picos besan
      al amor
         vestido de plumones...
y veo a la lluvia/
   generosa/
      alimentando a la semilla.

También te miro/
y aunque nos crean en el altar de la locura
   deja que sea inseminada de estrellas
      la cuenca florecida de tu cuerpo.
Embriaga tu corazón de sentimientos/
   para que estalle
      en cada poro de tu piel/
para dulcificar    simplemente
    /como lo hacen tus ojos/
este ácimo pan
   que nos toca vivir.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 3 de abril de 2011

Tiempos mejores

A veces suena musical/    esperanzadora
    /alguna frase/
Sentida ilusión entra
    por la puerta ingenua del oído.

Vendrán tiempos mejores
    /dices/
Los adjetivos suavizan
    el negruzco sangrar
        y del pecho brota un suspiro.
Esa brisa suele ser
    /nada más/
        temblor de alas/    dolidas preguntas.
Preguntas que llevan en sus signos
    el gastado temor.

En las manos del recuerdo
    lo imposible es un viento
        que erosiona la piedra.
    ¡Mas el corazón sabe del espacio
y de la interminable expansión de la esperanza!

Divaga una sombra en el espíritu
    de la estrella que jamás se acercará.

En este desgarro y deriva gravitacional
    cae su peso curvo
        al negro embudo
    donde llovizna
/quizás pasajera/
    esta conjunción
        bendita
            de estrellas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas  

miércoles, 2 de febrero de 2011

Lo imposible

Que puedo hacer/
    cuando no estás       amor
cuando se desmoronan del barranco
    las silvestres flores de mi espíritu.

Incierta lumbre dime/
¿que puedo hacer/
si cataratas de sombras
    cortan de mis ojos
        la luz cansada del camino?

¿Que puedo hacer/
cuando la esperanza
    perdida en el horizonte
solo avienta cenizas/
    de un sol que muere?

No sé/
en que ventana te escondes/
en que mirada/
ni cual es el brillo verdadero
    de tu omnipresencia esplendente.

Me subes al aire de la ansiedad
me cuelgas en las estrellas/
allá te espero
    en sueños de bohemias y locuras.

¿Sabes?
    ¡Me marcho
        con las alas que me distes
            quemadas de emociones!

¡Siento que sentencio lo absoluto
    y tiembla
        el agrio escozor de lo imposible!

Autor: Juan C. L. Rojas

sábado, 21 de noviembre de 2009

Meteoros del mal

Desasosiego de estrellas
    cunde/
en el cosmos invisible del alma.

Desorbitados mundos
    ruedan/
hacia un confín
    donde nuevos cielos estallan.  

¿Podrán los meteoros del mal
    jaquear al amor?

¿Cómo licuar este fuego
    en el lago sereno
        donde sucumben los astros?

Lejana aún    la primavera
y ya el alma florece
    de alas y verdores.

Pero es el dolor de lo trunco
    lo que petrifica la sangre
lo que destruye una sonrisa
    con el peso muerto de la tristeza.

¡Oh    esta causa mía/    enarbolada!...
¿Audacia del espíritu
    o ilusión del sentimiento?

¡Oh    este impulso del instinto
de asaltar
los íntimos rincones
    donde te adoran los dioses!

Si comprendieras
que mi primavera es toda sombra/
    ...que encerrada en tu amor
        está la luz.

Autor: Juan C. L. Rojas

lunes, 26 de octubre de 2009

Ganar los cielos

Yo gano los cielos/

Estremecido/

Sobre tenue alfombra
     de cálidas aguas/
...cuando libas en mi cuerpo
     las profundidades de la miel/
...cuando en tu mimar subrepticio
     me rozan/
         de tu fuego las sutiles alas/
...cuando entibias tus manos en las mías
que significa
protegerme del mundo en las tuyas.

¡Arde el corazón
en esta franja del espacio
donde detengo a las estrellas!

Siembras de gozo
     mi rostro adormilado.
Reparto en el resto de las horas
     los dulces frutos del hechizo.

También ganan las estrellas
   /que ahora sí/
       me devuelven la sonrisa.

Autor: Juan C. L. Rojas

sábado, 24 de octubre de 2009

Esta música

¡Ah esta música fragante!...
que se desliza melancólica    a veces
    /¡suspendida!/
        ...en los botones celestes del amor.

Otoñal Ausente
Primaveral Festiva
Inquietud dolorosa y placentera.

Esta música callada...
Tonos silentes que hieren de caricias/
que perfuma el corazón
    con la envolvente ansiedad de los azahares.

Esta música de aves...
    que suena en mi pecho
        inflamando su fronda
            de anhelos de sueños.

Esta música...
aguza los sentidos del poeta
    mimando al aire
        la luz
            el trueno...
cuando transita
    (como tu recuerdo)
        en la memoria de quien te ama.

Este concierto de colores y geometrías
    que el alma siente/
Es un canto de incertidumbres y esperanzas/
    terrenas alas migratorias/
        celestes astros errabundos.

Es dulzura
que cuece de tanto en tanto
    la sal de las lágrimas.

Estas ondas melodiosas
    esperan la canción de tu hermosura/
que deje mi frente en las estrellas
    y en la tierra mis pies inquietos
¡allí!
    donde tú rondas.

Autor: Juan C. L. Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.