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miércoles, 7 de enero de 2009

Páginas que se refieren al libro, "Amor...

Este libro que tratamos, "Amor... Laberinto de dulzuras y tristezas", compaginado en una estructura nada extraordinaria, (¡para qué de otra manera!). Contiene, como suele acostumbrarse, una página de agradecimiento; el prólogo; (de un gran poeta, Hector Rico); unas palabras dedicatorias del autor; sesenta y seis poemas; su índice; y un comentario de contratapa, de una entrañable poeta, desconocida quizás, como muchos grandes poetas; me refiero a la poeta argentina Nélida Pessagno.

Ya sabemos que el libro trata la temática del amor (de pareja), pero, esta edición, no es simplemente una colección de poemas sueltos; ellos están concatenados de exprofeso, componiendo en común un pedazo de historia, por eso responden a un orden premeditado que pertenece a la realidad interior y exterior del poeta; por donde ascienden o descienden sus sentimientos en la dicha y el dolor; por lo tanto, se debe leerlo entendiendo la hilación de sus páginas, que no surge, como podría serlo, de cierta bohemia disoluta, sino a esa realidad que sugiero, la linealidad incierta, compleja y "ambigua " de la vida, en su entidad concreta o abstracta. http://sincronia.cucsh.udg.mx/reyesp04.htm

Decidí transcribir las páginas que en sí, refieren al libro; no así los poemas, los cuales, sólo brindaré algunos, elegidos casi al azar. El resto será desición y voluntad de los lectores adquirirlos, para beneplácito mío, y por qué no, acaso también el de ellos.

Vayamos en orden. En la entrada siguiente transcribo la página de agradecimiento:

.....................................................................

Agradecimientos:


Agradezco... o "acuso", a las personas que directa o indirectamentemente han influido... o han estimulado mi audacia (desfachatez quizás), para imprimir un montón de palabras que tienen que ver con algo tan desfavorecido en el concepto, como es la temática del amor... me refiero al amor en general, pero en especial a la categoría del amor que involucra a la pareja... y afirmo: de lo que se deriva lo demás para que sea perfecto...

Permítanme por esta vez, ser "egoísta".

Sobre esta fortaleza debilitada (lo sagrado del amor), tendré la oportunidad en algún momento, de verbalizar lo que está por ahí, lo que no tiene manos de mecenas, aquello que se dice, "el interés por lo social"...

Agradezco a mi hija, Rosana Elisabet, por la composición ilustrativa de la tapa de esta edición.

Dedico este libro a todo humano que sepa valorar las diferentes facetas del amor, el amor verdadero, cuando lo es; aquel que involucra a todas sus categorías sin contradicciones.

http://www.truthortradition.com/spanish/modules.php?name=News&file=article&sid=110
J. C. L. Rojas.

lunes, 19 de enero de 2009

Segundo texto del libro: "Amor... Laberinto de dulzuras y tristezas"




En el ordenamiento de la compaginación, el segundo texto del libro "Amor... Laberinto de dulzuras y tristezas", es el prólogo de un gran poeta: Hector Rico. 

En otro artículo brindaré referencias sobre su obra poética.

Para este blog (http://www.laberintodelamor.blogspot.com/), transcribo su participación, escribió él:


Prólogo

Los poemas de Juan Carlos Rojas trascienden la emoción y la infinitud de sus ofrendas alcanzan notorias cimas.

El tiempo es la presencia y la fugacidad del encantamiento, la otra vertiente donde es posible la posesión y el desapego. Inminencia del cuerpo, donación del espíritu aún ante la ausencia.

El sutil erotismo, es desvelamiento del ser y descubrimiento de su imagen anhelada, la experiencia pura de crear en un cuerpo una réplica del otro, de abrazar y modelar, de rescatarlo de su aislamiento con la instantánea percepción de la plenitud.

"Ya sé que hay en ti, un rincón donde habito, en retazos que te duelen"

Coexistencia de las almas, que en su dualidad se convierten en una, y en la unidad se desdoblan para recuperar su identidad, su parcela amatoria.

Como nacerse en el otro y renacer en sí mismo.

"Y nací de nuevo con la esperanza de tus ojos, con la rama perfumada de tu cuerpo"

Y con la creación de un nuevo cuerpo, exaltar el prodigio.

"Esta hermosura de caer rendido, y en los puños del corazón, aferrando aún, la bravía esperanza"





Ya concebido por el amor, ya consciente de su maravilloso origen, el poeta espera perpetuarse en el sagrado designio y transitar de su mano la inmaculada senda.

"¡Anda! ¡llévame en tu seno! A esta pequeñez humana llévala en tu seno, donde se elevan las ondas ardientes de corales arracimados, donde palpita ansiosa la simiente, donde se arrulla, la materna ternura de la vida"

Su apasionado poetizar, recobra el sosiego y se interroga: "para qué mis versos, si no cantan en tu pecho"

Más allá de la contemplación extática, la piel se desvanece, si no es aprehendida, si no es poseída por el ritmo sensual de su lenguaje.

"Sólo lamer... pudiendo devorar los racimos descollantes"

El erotismo empleado en los poemas de Rojas, es plural y significativo. Es escritura que se ahonda en el cuerpo sin más orden que el exploratorio, sin más función visual que la exposición de la desnudez necesaria.

"Sentirás mis manos deslizarse, en las cálidas playas del pubis. Te rozarán mis labios, subiendo la curva placentera de tu pecho"



Pero en el amor humano, pugnan constantemente, la arrobadora presencia del amante, y su inevitable y dolorida ausencia. Y así, nuestro poeta, declara el gozo impar de las apariciones.

"qué bueno es verte, aunque se gasten mis ojos... y mi pecho de suspiros"

Mas la fugacidad del tiempo, envuelve a los seres en una indeterminada brevedad, y la ausencia se convierte en poderoso muro que nos aísla de su posesión.

"Cuando me envuelve la noche en esta mendicidad resignada, me regala generosa el poder de soñarte"

La sublimación del sentimiento está presente en cada poema, y podemos comprobarlo en inmejorables metáforas e imágenes.

"He cosechado tus manos, tu cuerpo, lo sé, ¡quien sabe si también tu corazón!"



Y así, el cuerpo amado revela en constantes mutaciones, en permanentes alusiones al mundo circundante, que también forma parte de su substancia.

"Amada mía, porque puedo sentir es que camino, sobre tus ojos, sobre tu cuerpo, aunque seas aire, aunque seas agua"

Juan Carlos Rojas es fundamentalmente un poeta filosófico, por tal razón, son permanentes sus reflexiones sobre la naturaleza del amor y sus implicancias en el alma humana, no obstante ese poético filosofar, adopta a veces un aspecto marcadamente religioso, que subyace en el trasfondo de la idea, consagrando de esa manera al acto poético, en acontecer sagrado.

"Bienaventurado quien pone la cerviz y se encadena sólo al amor"



Revaloriza la esperanza a través de su fe, y se aferra como un náufrago a su madero salvador. Su indeclinable credulidad, le hace expresar:

"Esperanza obcecada que construye un jardín, aún, donde hasta las piedras estallaron"

Cada poema construye otro, que es el mismo, océano donde derivan las palabras y se acumulan con estricto rigor. Lo único posible para cantarle al amor en su universalidad, y para desdoblarse en la amplitud de los significados.

Por último, Rojas, nos da la clave de su acontecer en el sentimiento, en el maravilloso "Canto del amante":

"Navego en el recuerdo de esta luz que me exilia del mundo, para dormirme en el laurel soñado de tu cuerpo"



Canción, que es, celebración final que concede a la amada; y nos concede, a la vez, con la perceptible trascendencia de su palabra poética.

Hector Rico.

Transcripción par el blog: J. C. L. Rojas.





sábado, 21 de noviembre de 2009

El amor de prisa

El amor de prisa          
 (Onomatopéyica)

                           I
- ...Mmm... estás cada vez más bella...
   más tierna, más dulce... más amorosa.
- Mmm y vos cada vez más mentiroso.
- No, no te estoy mintiendo...
  creo que sos muy incrédula.
- ¿Sihhh? Mmm. vsvsvs ssshaaahhchukchuik.
- Mmmme me gusta cuando estás asíhhh, rendidahh,
  cuando te envuelvo con mi piel...

  y con mis manos.
- Mmmmhah...
- ¿Noh tehngoh rahzóhn...
  queh estoh es hermosoh?
- Sihhh...
- ¿No sentís ganas de buscar un rincón
  donde escabullirnos del mundo?
- ¡Sihhh! ...pero no podemos...
  tengoh queh irmeh...
- ¿Me llevás dentro de tu vestido?
- No, dentro del vestido no.
- Mmm, ¡pícara!
- Vsvsvsvs chuik tengoh queh irmeh.
- Te vas, si te dejo.
- ¿Recordás esa canción... Cóncavo y convexo?
- Sihhh... pero chauhh... nos vemos después.
- Chau.


                              II

...y nuestras miradas/
crean el ángel propio
    de la piel, de la carne.
Se acarician distantes
    en la trivial ronda del día.

Volátil es el tiempo
    en la flama ardiente de la ansiedad.

El desasosiego espolea nuestros manos...
nuestros dedos/    mensajeros del amor/
    se devoran/
        en la prisa de ternuras contenidas.

¡Ven, mi amor! Rompamos el reloj/
    cruel agente de Cronos.
¡Ven, mi amor! Desarmemos el tiempo/
    para crear un día eterno/
        sólo nuestro.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

viernes, 23 de octubre de 2009

Temor de amar

Amor Amor
...que tímido asoma.

Escozor leve...
   que no alcanza a reventar
      las uvas del desasosiego.

Mantengo distante/ a rajatablas/
   la simpatía de tus ojos.

El temor de amar
   suele ser cosecha perdurable.

Sólo lamer...
Pudiendo devorar
   los racimos descollantes.

Seguir cauteloso
   las pistas de las señales...
de tus tiempos
   de los míos...

Pero la vida esss    camino y es andar.
Es rodar los ojosss más allá...
Develar misterios...
Descorrer cortinas en el horizonte.

¡Qué importa que el corazón
   se blinde con dardos hirientes!...
¡Hender las tinieblas!
¡Eso es amor!

El amor no teme/    despeja dudas/
Es invicto vencedor de sombras.

Oh, amor!
¡Aunque el oído de mi corazón estalle!...
¡tañe tus campanas
   sobre mi cerviz entumecida!

Autor: Juan C. L. Rojas

lunes, 23 de noviembre de 2009

Y te pregunto si me amas

Se resbalan de mis ojos
    estas preguntas mías/
Colores que se rompen
    sobre las baldosas húmedas
(hoy otra vez llueve).

Sé que debo vencer 
    el sentimiento que batalla
        en callejas retorcidas/
Romper este lazo al corazón
    que se anuda en la garganta.

Debo parar 
    el temblor de mis manos
        y destruír las columnas
            de esta obsecada necedad.

Bienaventurado el corazón
    que no teme
        las heridas de la discordia
            ni su piel rota.

Bienaventurado
    quien no tiene compasión
        de aburguesados quistes instituídos.

Bienaventurado
    quien no se encamina al sacrificio
por tradiciones y leyendas.

Bienaventurado
    quien pone la cerviz
        y se encadena sólo al amor.

...Algunas preguntas
    resbalan de mi pecho...

¿Qué me corresponde
    el cofre que atesoras
        en lo profundo de tu alma?

Sin embargo/
    yo sé    lo que no sabes/
        lo que te pregunto y tu boca calla.

¿No es amor acaso
    que me libere de las fauces
        del íntimo fuego?

¿No es amor
    la sonrisa y el cariño
        sobre los hombros de la soledad?

Amor es el riesgo de tus alas
    para sanar las heridas
        de esta fiera esteparia.

Es amor el goce de tu piel/
porque al fin/
    regocijas mi corazón
        que se queda sin preguntas. 

Autor: Juan C. L. Rojas

domingo, 8 de marzo de 2009

Comentario de contratapa del libro: Amor... Laberinto de dulzuras y tristezas




La sustancia del amor es un destello privilegiado en la poesía de JUAN CARLOS LUIS ROJAS. Un esplendor sagrado participando del aliento cósmico.

Aunque el tema del amor es excluyente en este libro, se vislumbra entre lineas el paisaje de su Chaco natal

Rojas desdobla y sublima esa urgencia vital, la búsqueda y su identificación con el todo, en un anhelo insaciable, pasión infinita de una "dolencia divina" en un tono confesional e íntimo.

La lectura de estos poemas implica un desafío y un compromiso ineludible: el de penetrar en un universo construido con las reglas absolutamente particulares de este poeta, que las estructura como si una fuerza o una conjunción de fuerzas organizaran sus palabras desafiando las leyes a que están sometidas a su uso cotidiano.

Cumple Rojas con sus deberes de poeta "con el exaltado amor y con la nostalgia infinita", como dice Neruda. Lo hace a través de su capacidad para discernir imágenes y metáforas con fuerte carga semántica al borde del estallido. Pone así de manifiesto el temple de su poesía, de un subjetivismo impecable unido a su peculiar manera de hablar a los sentimientos.

Libro de confidencias en el que reverdecen exquisitos toques de ternura, entre la niebla lírica en que aborda lo erótico.

Autodidacta, tiene este poeta la percepción clara, íntima e instantánea de la intuición. Emanación trascendente, relámpago iluminador, cuyo temblor destila gotas de infinito.

Nélida Pessagno
Poeta argentina

lunes, 18 de julio de 2011

Septiembre


Abría septiembre
    el dilatado campo de las fragancias y las luces.

El aire confesaba el amor de las flores
    y la fuerza combatiente
        de suspiros contenidos.

¡Y quién era yo para presentar batalla!...
¡Me rendía a lo bello
     redimido del temor!

Quién era yo para juzgar
    el sexo intempestivo en las esquinas/
 o la precocidad ostentosa de las jóvenes...

¿Sabré, acaso, si ha de florecer   
    de las ruinas
        lo silvestre inesperado?

Abierta sobre el cáliz
    la rosa no espera/
       no mezquina su candor
            ni su perfume.

¡Y por eso    los titanes sedientos de mi alma
    se bebieron tu sangre/
        con mi sangre!...
            y devorado fue tu corazón
     con el mío.

¡Oh, ciclópea del amor la pasión desbocada!
Galopó
     hacia la rosa más íntima de tu ser/
        y nací de nuevo
    con la esperanza de tus ojos
        con la rama perfumada de tu cuerpo.

¡Oh, verdor
    que colorea y sacia
         al hambriento otoño del espíritu y la carne!

¡Crepúsculo y aurora que se enlazan
    con los ávidos brazos de los amantes!

...Sé que volverá septiembre
    como vuelve la vida a los huertos.

Sé que volverá/
    trayendo libertad bendecida
        a la rosa fresca/
a la ignorada flor
    en el jardín de los reyes.

Volverá lo sé
    hecho dios del fuego y la ternura
        con el cáliz servido 
para el brindis real del amor.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 2 de noviembre de 2010

Canto del amante


Canto azul del amante
   que se vierte en las horas/
con destellos escondidos
   de festivas alboradas.

En un puño lleva
   la felicidad de un sueño
      y en el otro
         tristezas infinitas.

Cunden impotencias
   de alegrías que se truncan/
abruptas/
   sobre el corazón cansado.

Envejecer en juventud
   es la consigna/
con una bandera a cuestas
   de obcecadas esperanzas.

Suelen quedar melancolías
   tras el café que se esfuma
      y la ironía de la lluvia
         que empapa de nostalgias.

Es por el amor/
que este ser resigna
   epopeyas de auroras/
y es por el amor/
que puede cantarte
   el sentimiento de su piel
      y de su sangre.

Navego en el recuerdo de esta luz
   que me exilia del mundo
para dormirme
   en el laurel soñado de tu cuerpo/
para ver que nuestras sombras...
mutuas deambulan
   y se encuentran
      para estrecharse
         en el rincón fugaz
            de los abrazos.

Se arrebujan las fragancias/
de estas flores ardientes
   en los continentes desesperados
      del amor.

Me dejo caer
   como libre plumón
      de ave en cenizas.
Arranco el corazón
   y las alas de un sueño.
Arranco esta voz de Romeo
   y susurros dolientes.
Arranco este sentir
   que sigue aún
      latiendo en la piel.

Me dejo caer
   ahora
      como plumón sin dueño/
despojado
del aliento
y del llanto.  

Autor: Juan C. L. Rojas    

domingo, 27 de junio de 2010

Alas de amor

En tranquilo vuelo
    te ven partir    golondrina
dominando airosa
    el lustroso plumaje/
engañando de calma
    a los ojos extraño.

Mas    alguien sabe    golondrina
    que partes con el alma vibrante/
que llevas en el instinto
    anhelantes sueños/
que bajo el falso sosiego
    arde/
        una furtiva pasión.

Hay alguien que sabe/
    de la flor sangrante
         que oculta tu pecho
y que un poco de tu alma dejas
    en el corazón
        que heriste de amor...

Los ojos
    /pequeña avecilla/
no saben de engaños
    no esconden tristezas/
Sobreviven/
en el tenue brillo
    de una pequeña esperanza/
Un milagro esperan/
    que el tiempo divino
        habrá de parir.

Así sueña
    aquel que conoce el susurro/
        tu trémulo canto/
quien se mezcló con tus fibras
    y vibró en tus alas/
        tus alas de amor.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 20 de marzo de 2012

No hay adiós


No permitas/
que la humedad de la tristeza
    ascienda/   
por los capilares dolidos del alma.

No permitas que te entristezca
    la palabra cortante del adiós...
porque no hay adiós.

El amor
    siempre ronda el mundo
        en la fresca sintonia del espíritu.
Ese amor
    no sabe/
de dioses ególatras
    ni de caminos perdidos.

A partir de ahora/
a partir de hoy/
pon en tus manos las flores
    que generosas se inclinan a tu paso.
No dejes marchitarse
    la emoción valiente de la espera.
Dale una sonrisa
    aromada de tu luz
        al verdor de los anhelos.
Observa/
La vida es una aventura
    de paisajes infinitos/
Aunque pueden    a veces
sus follajes
herir al corazón.

¿Sientes la melancolía de violines
    que se mecen en el pecho?...
Yo también siento/
Dame entoces
    el placer de redoblar/
esta apuesta tambaleante
    de gorriones.

¡Suelta ahora!...
¡Suelta bajo tus pies
    esas semillas vacilantes del amor!
Recogerás los frutos/
Donde sea que vayas.
Donde sea que vuelvas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 11 de marzo de 2012

Qué soñará el amor


¡A dónde irá el amor
    cuando se aparta
        del fuego que consume!

¿A dónde sus manos
cuando no están
    sobre las manos...
aquellas     de verdad amadas?

¡Dónde estará su deleite/
    cuando estalla en un corazón
        su ausencia!
    ...Sus oídos
        oyendo otra voz     quizás
            otra risa.

¿Sabrá de olvidos el amor?
    ¿En qué pensará
        cuando sus codos
            están sobre otra mesa
                y el río del día
                    lo arrastra en su vorágine?

¡Oh, qué soñará...
    cuando mis sueños le sueñan!

Autor: Juan C. L. Rojas

domingo, 18 de abril de 2010

Alas de pasión

Alas vehemente de pasión
    vuela mi sueño/
hacia un cielo de luz que nace
    verde  corazón
        de alegre primavera.

Amor    altar etéreo
    donde en dulzuras o tristezas
        suele    /irremisible/
            ofrendarse la vida.

Cóndor que vuela ingrávido
    escrutando las cumbres.


Alas de fuego.
Sueño incomprensible de los sueños.
Soledad de soledades.


En las alturas del alma
    golpea a veces
        el frío soplo de la tristeza.
Nieve y viento sobre las palabras calladas.
En la roca dura.
En las blandas nubes.


Destello rasante/    embebido de dicha/    el amor pasa.
En el cuerpo invisible del espíritu deja una estela/
Hálito benigno de luz
    que puede ser    inasible.


¡Ah, cuando te mira el amor
    derrama de sus ojos la miel del espíritu!
        Y sus alas de cóndor /    de paloma/    de fuego
despiertan tesoros ocultos/
    júbilos dormidos
        de voces secretas.

¡Decidida
    la temeraria candidez
        sube a sus alas!

Autor: Juan C. L. Rojas






domingo, 22 de noviembre de 2009

Pértiga y carroza

De pértiga dulce
   a flor y profundo ensamblada en tu vientre
       puede ahora arrastrar mi alma
         carrozas ensoñadas.

De ceñido pedestal
   pueden nuestros cuerpos
      mover el mundo
         al ritmo sediento
             de pélvicas luces.

Oh, amor
al canal mayor de tus venas
se asoman/    vertientes/
   ríos infinitos.
¡Cómo no cantar
   si la fuerza de tu sangre
      tensa la cuerda limpia de mi garganta!

Magnolia encendida    es tu cintura
   ceñida de mis brazos
      posesos de pasión.
Fidedignos del ardor
   nuestros besos fagocitados.
Cuerpos inmersos en el altar.
¡Placer!
   que ignora el tiempo y el espacio.
¡Rostros que se inflaman
   del gozo a fuego vivo!

Ahora que muero
   consumado en tus brazos/
doblegado en la fuerza
   del placer y del amor/
      ¡anda! ¡llévame en tu seno!
A esta pequeñez humana
   llévala en tu seno...
      donde se elevan las ondas
         de ardientes corales arracimados...
      donde palpita ansiosa la simiente...
      donde se arrulla/
la materna e infinita
   ternura de la vida.


Autor: Juan C. L. Rojas

sábado, 21 de noviembre de 2009

Meteoros del mal

Desasosiego de estrellas
    cunde/
en el cosmos invisible del alma.

Desorbitados mundos
    ruedan/
hacia un confín
    donde nuevos cielos estallan.  

¿Podrán los meteoros del mal
    jaquear al amor?

¿Cómo licuar este fuego
    en el lago sereno
        donde sucumben los astros?

Lejana aún    la primavera
y ya el alma florece
    de alas y verdores.

Pero es el dolor de lo trunco
    lo que petrifica la sangre
lo que destruye una sonrisa
    con el peso muerto de la tristeza.

¡Oh    esta causa mía/    enarbolada!...
¿Audacia del espíritu
    o ilusión del sentimiento?

¡Oh    este impulso del instinto
de asaltar
los íntimos rincones
    donde te adoran los dioses!

Si comprendieras
que mi primavera es toda sombra/
    ...que encerrada en tu amor
        está la luz.

Autor: Juan C. L. Rojas

miércoles, 22 de febrero de 2012

Alcobas recónditas

Se cuece en la tarde
    el pigmento feliz de los anhelos
        que de los suspiros carga el aire/
    y de glorias intrépidas
        el corazón se embebe.

Esa brisa que filtran
    las palmeras de tus manos
fragancia de azahares se vuelve
    al olfato ávido del amor.

Mi pecho oye cantares silentes
    que emergen/
        de esa alcoba recóndita/
    de esa cálida alcoba de tu pecho.

¡Son nuestros corazones
    que sin sentidos para el mundo
        sueñan!/
¡Más sueñan
    cuando la pasión estalla...
y son dueños sus retumbos
    de dominios y locuras!

Mientras la boca suena muda
    largo es el canto
        que llega hasta el oído...
            y hablan los ojos/
            la piel...

Si febriles mis pasos/
sólo van para soltar
    palomas lentas/
        ternuras blandas/
            que llevan dedos florecidos/
    que tocan sin rozar
        el aura de tus senos.

Candor de jazmines
    sacude al alma
y está dentro de su corazón su corazón/
    para vestirse
        con sedas y capullos...
    y con savia dulce del amor.

Juan C. L. Rojas

sábado, 15 de marzo de 2014

Es cierto

Los cristales están rotos
donde no se ven
    las palabras ciegas
        de mi corazón hundido.

Y aunque no creas
    esto es cierto...
esto del amor y el tambor añicos...
Y es cierto que llueve
    sobre estos cristales
        aunque no llueva.

Puedes enterarte además/
    que mi mente no teje fantasmas
que es cierto aquello del sentimiento/
que callan los truenos por dentro/
...Que pongo escaleras
    sólo para alcanzarte.

Hasta aquí domino el silencio...
   para que vivas...
        ¡Por Dios, nada menos!

Compruebo que es cierto...
Es cierto esto de la muerte lenta
    donde entre nubosas agonías
        las preguntas borbotean.

...¡Para qué mis versos
    si no cantan en tu pecho!
Para qué
    la  luz/    del poema/
        si no alumbra el verdadero.
Para qué...
Para qué mi siembra de colores
    en las paredes...
cuando no sé     si van tus ojos
    a donde mi amor te habla.

No.
No es juego.
Son ciertas las preguntas
    como esto que se clava en el pecho
        sin sangrar la piel.

Bueno...
Como cierto es
esta lluvia buena del desahogo
que ahora sí
    moja paredes y vidrieras...
y también mi rostro.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 29 de octubre de 2015

Del primer poema, "Puente inalcanzable"

Ya dije, en otras palabras, que la voluntad amorosa es una historia de vaivenes. Un haz de pensamientos de donde en algún momento se sueltan las preguntas: ¿Es este el camino o es el otro?... ¿O no son ninguno de los dos?

Sin embargo, 
el amor se gesta llevando en sí una esperanza. Hay una chispa misteriosa que lo enciende; y el viento de las circunstancias mueve sus flamas de aquí para allá; avivando o amenazando apagar; o definitivamente extinguiéndola por diferentes razones.
Crepita a veces su ardor, quemándose como ramas secas, con intensidad doliente; Y en los desafíos tormentosos se yergue más firme, con todo el valor acrecentado.

Ya en pleno laberinto, ¿cuál es el camino verdadero?... Y si el camino es correcto, ¿cuál el sentido?

Eso que una vez surgió como una esperanza, de repente se puede tornar distante, pero a su vez, poseso de una fuerte atracción "gravitacional", placentera y dolorosa. Sufrimiento que puede empujar, incluso, aguzando la inquietud existencial, abriendo un libro de paradojas, nutrido del ávido deseo y el aparentemente irremediable arrepentimiento.

Esta puja insalubre tienta renegar de la senda acaecida, o surge el anhelo, la añoranza retroactiva de que la circunstancia que condujo a este nudo hubiese sido diferente... Soñar el milagro del desconocimiento de esta realidad "sortílega" caída en las manos del amante... Desear la habitación de otros continentes desposeídos de estos cataclismos del espíritu.

Así, de repente, el sentimiento de que esta conjunción, no hubiese sido tal, sino sólo, algo distante. Sólo un sueño, Algo que pasó ¡lejos! sobre un puente inalcanzable...
Así surgió, "
Puente inalcanzable".

Del libro: "
Amor... Laberinto de dulzuras y tristezas"
Autor: Juan C. L. Rojas





martes, 30 de marzo de 2010

Alumbrando penumbras


Pude llegar esta tarde
    a mi rincón de bohemias deshiladas...
         después de despedirte...
    Luego de vorágines ardientes ¿verdad?
En los lazos de la pasión y del amor.

Suspiro ahora ensueños
    de arpas y guaranias.
Respiro poemas/
y música que sublima los anhelos.
Siento tu voz diaria rondando mi sien/
    invitándome a callar/
a silenciar el grito ardiente
    que estalla en mi pecho.
¡Oh, ingenua y dulce!...
¿Le pides calma
    al corazón que no sabe olvidarte?...
El va más allá de su sangre
    y de nuestros cuerpos/
Más allá de las fronteras
    de llamas y torrentes inflamados.
Oh, mujer
    como a un niño, que no sueñe
        no le pidas al poeta que no sienta.

Trituro mi nostalgia
    cuando espera un milagro
        la esperanza obsecada/
Pero... acopia incertidumbre mi pasión.


¿Recuerda tu cuerpo a mis brazos?
¿Me recuerdas murmurándote al oído
    sintiendo tu corazón golpe a golpe
        tu piel palmo a palmo, lo recuerdas?

Se enrojece la tarde
    matizada de nubes azules.
La calidez de una brisa
    trae fantasmas de ternura/
horas del disfrute/
cotidiano trajín aderezado en el amor...
¡Es allí donde supimos con certeza
    de nuestro gozo subrepticio...
alumbrando en las penumbras.

Autor: Juan C. L. Rojas



viernes, 6 de noviembre de 2009

Nace Eros


Cuando estás conmigo
    nace Eros.
Espolea el desasosiego
      en el esplendor fervoroso de la carne.

Deshojo las magnolias de tu piel.

Atrapo en el aire el zumo fugaz de lo furtivo
     mientras galopan desbocadas
         las tibias olas de mis venas.

Estalla el regocijo/    muere el corazón...
¡Qué bueno es morir
     en la ternura de tus brazos!

Cuando estoy contigo nace Eros/
El espíritu se anuda en el amor
     y bebo estrellas que titilan en mi cuerpo.

Debes marcharte      lo comprendo.
Pueril anhelo el mío...
     ¡Detener golondrinas!

No importa dónde
     en cualquier lejanía
         te visitará mi duende intrépido/
con la antorcha ansiosa del amor.

No importa la noche que te cubra/
     sentirás mis manos deslizarse
         en las cálidas playas del pubis.

Te rozarán mis labios/
     subiendo la curva placentera de tu pecho/
         y en tus oídos la declamación del cielo
             en el feliz delirio de tus sueños.

Estaré en ti/
     encendiendo lo perenne
de que vive el Universo.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

jueves, 22 de marzo de 2012

Simple

No es/
   ni fortuita
      ni gratis
   la defección que siembra la indolencia del espíritu.
Tarde o temprano
   brotará la semilla de su mal.

Es porque no piensa con el corazón
   que el mundo cae en el raciocinio de su muerte.
Su necia picardía
   guarda el escrúpulo en los cofres del cinismo.

Todavía desierto de amor/
   fustiga sangre el andar de los hombres.
Se creen sabios/
y enseñan malabares a robots
   en el campo sideral de atónitas estrellas...
pero sus almas no saben volar.

Pareciera vano    finalmente
   el hechizo que nos brinda
      la floresta colorida en el desierto.

Es así/ que revuelto en penurias combativas
   danza este follaje amarillento/
de quien fue quitando verdores
   el hollín y la flama
      del ardiente vivir.

¡Pero es simple el remedio, sin embargo!...
¡Simple!
Como una gramilla extendida
   sobre la piel de la tierra.

Es sólo saber sentir/
   para comprender a las voces
      que suenan en estos ojos.

De toda esta...
   crudeza de la desidia
      me desahogo a veces mirando a los nidales/
   Donde los picos besan
      al amor
         vestido de plumones...
y veo a la lluvia/
   generosa/
      alimentando a la semilla.

También te miro/
y aunque nos crean en el altar de la locura
   deja que sea inseminada de estrellas
      la cuenca florecida de tu cuerpo.
Embriaga tu corazón de sentimientos/
   para que estalle
      en cada poro de tu piel/
para dulcificar    simplemente
    /como lo hacen tus ojos/
este ácimo pan
   que nos toca vivir.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.