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viernes, 8 de octubre de 2010

Propiedad

Se derrama    el aire    la luz
    tentáculos libidinosos.
Caen sobre tu cuerpo
    haciendo estallar
        de la mansedumbre
            la puerta de los celos...
        y no sabes
    que van mis ojos
        a la batalla
            sentenciando en el alma
                el poder de lo propio.

No sabes
    que tu nombre    pequeño    tierno
que pronuncio sin voz...
que dos golpes son    ¡míos!
silábicos sonidos
    de cristales en brindis...

del alborozo    que es nuestro
    que es mío
cosquilleando mi corazón
    que es tuyo.

En tanto/
es tu propiedad    /ser/    libre
    y así es como te quiero.

Autor: Juan C. L. Rojas


sábado, 19 de junio de 2010

Serenata en el ocaso

Pierdo otra vez
    esta batalla dolorosa
        donde desuela
    el campo crujiente de mi pecho/
donde bailan/
    las aspas cansadas de molinos y espejismos.

Es que avanzas sobre este erial
     y sobre este muelle palpitante
         donde clavas tu bandera/
para doblegar estos ojos/
         que caen/
para sentir
    las serenatas del amor.

Y me ganan tus besos
    con su victoria dulce sobre mi boca
        donde hieres/
            con una flor/
    justo en el desgarro
        de ocasos y despedidas.

Autor: Juan C. L. Rojas

lunes, 23 de noviembre de 2009

Y te pregunto si me amas

Se resbalan de mis ojos
    estas preguntas mías/
Colores que se rompen
    sobre las baldosas húmedas
(hoy otra vez llueve).

Sé que debo vencer 
    el sentimiento que batalla
        en callejas retorcidas/
Romper este lazo al corazón
    que se anuda en la garganta.

Debo parar 
    el temblor de mis manos
        y destruír las columnas
            de esta obsecada necedad.

Bienaventurado el corazón
    que no teme
        las heridas de la discordia
            ni su piel rota.

Bienaventurado
    quien no tiene compasión
        de aburguesados quistes instituídos.

Bienaventurado
    quien no se encamina al sacrificio
por tradiciones y leyendas.

Bienaventurado
    quien pone la cerviz
        y se encadena sólo al amor.

...Algunas preguntas
    resbalan de mi pecho...

¿Qué me corresponde
    el cofre que atesoras
        en lo profundo de tu alma?

Sin embargo/
    yo sé    lo que no sabes/
        lo que te pregunto y tu boca calla.

¿No es amor acaso
    que me libere de las fauces
        del íntimo fuego?

¿No es amor
    la sonrisa y el cariño
        sobre los hombros de la soledad?

Amor es el riesgo de tus alas
    para sanar las heridas
        de esta fiera esteparia.

Es amor el goce de tu piel/
porque al fin/
    regocijas mi corazón
        que se queda sin preguntas. 

Autor: Juan C. L. Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.