De pértiga dulce
a flor y profundo ensamblada en tu vientre
puede ahora arrastrar mi alma
carrozas ensoñadas.
De ceñido pedestal
pueden nuestros cuerpos
mover el mundo
al ritmo sediento
de pélvicas luces.
Oh, amor
al canal mayor de tus venas
se asoman/ vertientes/
ríos infinitos.
¡Cómo no cantar
si la fuerza de tu sangre
tensa la cuerda limpia de mi garganta!
Magnolia encendida es tu cintura
ceñida de mis brazos
posesos de pasión.
Fidedignos del ardor
nuestros besos fagocitados.
Cuerpos inmersos en el altar.
¡Placer!
que ignora el tiempo y el espacio.
¡Rostros que se inflaman
del gozo a fuego vivo!
Ahora que muero
consumado en tus brazos/
doblegado en la fuerza
del placer y del amor/
¡anda! ¡llévame en tu seno!
A esta pequeñez humana
llévala en tu seno...
donde se elevan las ondas
de ardientes corales arracimados...
donde palpita ansiosa la simiente...
donde se arrulla/
la materna e infinita
ternura de la vida.
Autor: Juan C. L. Rojas
a flor y profundo ensamblada en tu vientre
puede ahora arrastrar mi alma
carrozas ensoñadas.
De ceñido pedestal
pueden nuestros cuerpos
mover el mundo
al ritmo sediento
de pélvicas luces.
Oh, amor
al canal mayor de tus venas
se asoman/ vertientes/
ríos infinitos.
¡Cómo no cantar
si la fuerza de tu sangre
tensa la cuerda limpia de mi garganta!
Magnolia encendida es tu cintura
ceñida de mis brazos
posesos de pasión.
Fidedignos del ardor
nuestros besos fagocitados.
Cuerpos inmersos en el altar.
¡Placer!
que ignora el tiempo y el espacio.
¡Rostros que se inflaman
del gozo a fuego vivo!
Ahora que muero
consumado en tus brazos/
doblegado en la fuerza
del placer y del amor/
¡anda! ¡llévame en tu seno!
A esta pequeñez humana
llévala en tu seno...
donde se elevan las ondas
de ardientes corales arracimados...
donde palpita ansiosa la simiente...
donde se arrulla/
la materna e infinita
ternura de la vida.
Autor: Juan C. L. Rojas