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lunes, 10 de febrero de 2014

A mares.

Al influjo de las penumbras,
o sin luz, o sin sombras,
atinado desatino
del placer
guiado de suspiros...
Los cuerpos se desvisten
en giros adyacentes;
ágiles felinos son
que silentes se deslizan
con sus garras afiladas de caricias...
Cálida extensión
de piel sobre piel
se acometen
de fragancias y sabores
fagocitan...
Sangre que acrecientan
en torrentes y dos mares;
geografías
carnales contrapuestas
que se funden,
tremulares, temblores
que se habitan
en puntos
de geometrías tangenciales,
se devoran
en cumbres y en abismos.
Aritmética
del arte movedizo,
¡artilugio de la formas
en pares complementos!
Sentires y placeres
perdidos en la luna,
vivientes del ensueño,
desorbitados del mundo.
Armonía de susurros
en sonidos de afluentes.
Entrañas de la tierra
y sus fragores
donde magmas
transmigraron en los cuerpos,
ascendente y descendente
que baten y rebaten
a punto de heliocentro...
¡Y estallan!...
Pero es, ¡a mares
en fulmíneo final!
¡Plasma de estrellas!
lo que sueñan...
lo que sienten...

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

martes, 1 de diciembre de 2009

Andén de los sueños

El prisma de la ventana
    mece los colores de la luz/
La luz elige
    los sillares resplandecientes
        donde se impregna/
    la perfumada piel 
de la pasión.


Es así que nuestros huesos
    saltean los peldaños de la angustia
porque se aviene
    el placer vivo de amar.

Los cristales esconden
    un murmullo de voces
        que susurran en la penumbra
            cuando acuña el aire/
        del amor/
    sus alas traviesas.

La prisa del mundo despega del andén
    pero nuestros sueños...
        ¡Oh, nuestros sueños!
    ¡En viaje de placer    van/
a ritmo loco/
    en el latir del corazón! 

Autor: Juan C. L. Rojas

lunes, 2 de noviembre de 2009

Baldosas adormecidas

Ya no camino/
Lo hacen sólo mis pasos
   sobre las baldosas adormecidas
      de mi pensamiento/
Caminan/
sobre esta paradoja
   del placer y del dolor.

Pensar que hace un rato nomás
   eran en mis piernas las tuyas
      tallo fresco/
         verde fuego/
            enredadera de pasión.

Y hubo la eternidad de un momento/
   unidad del instante
      de tus manos y las mías...
         y de estos labios    y los tuyos/
            abrazados del deseo.

Y fueron entre sí nuestra piel
   en busca de ríos de tibieza
      cuando los ojos entraban/
         en túneles de mágica ternura.

Y fueron a la cúspide
   estas banderas del amor...
      para decirse adiós
         en la llama susurrante
            de los labios.

...y ya no camino/
lo hacen sólo mis pasos/
sobre las baldosas adormecidas
   de mi pensamiento/
Deambulan/
sobre esta paradoja dura
   del placer y del dolor.

Autor: Juan C. L. Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.