Ya no camino/
Lo hacen sólo mis pasos
sobre las baldosas adormecidas
de mi pensamiento/
Caminan/
sobre esta paradoja
del placer y del dolor.
Pensar que hace un rato nomás
eran en mis piernas las tuyas
tallo fresco/
verde fuego/
enredadera de pasión.
Y hubo la eternidad de un momento/
unidad del instante
de tus manos y las mías...
y de estos labios y los tuyos/
abrazados del deseo.
Y fueron entre sí nuestra piel
en busca de ríos de tibieza
cuando los ojos entraban/
en túneles de mágica ternura.
Y fueron a la cúspide
estas banderas del amor...
para decirse adiós
en la llama susurrante
de los labios.
...y ya no camino/
lo hacen sólo mis pasos/
sobre las baldosas adormecidas
de mi pensamiento/
Deambulan/
sobre esta paradoja dura
del placer y del dolor.
Lo hacen sólo mis pasos
sobre las baldosas adormecidas
de mi pensamiento/
Caminan/
sobre esta paradoja
del placer y del dolor.
Pensar que hace un rato nomás
eran en mis piernas las tuyas
tallo fresco/
verde fuego/
enredadera de pasión.
Y hubo la eternidad de un momento/
unidad del instante
de tus manos y las mías...
y de estos labios y los tuyos/
abrazados del deseo.
Y fueron entre sí nuestra piel
en busca de ríos de tibieza
cuando los ojos entraban/
en túneles de mágica ternura.
Y fueron a la cúspide
estas banderas del amor...
para decirse adiós
en la llama susurrante
de los labios.
...y ya no camino/
lo hacen sólo mis pasos/
sobre las baldosas adormecidas
de mi pensamiento/
Deambulan/
sobre esta paradoja dura
del placer y del dolor.
Autor: Juan C. L. Rojas