"Siempre, te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre
borrando estátuas"
P. Neruda
Como la verdad eterna
de fantasmas desapareciendo
así es tu sombra/
así es tu vida en mi vida.
En cada crepúsculo
cae el ancla del alma.
Se hunde pesada su cruz
cadena y péndulo
/mareándose/
en la turbiedad del mar.
En vano su locura
busca un peñasco
donde clavar su uña.
Arranca la greda profunda/
Solidez mentirosa del barro/
¡Imposible anclar a veces
y lograr la anhelada quietud!
La cubierta desolada
mira hacia el cielo.
Huyeron los goznes de acero/
y del marino capitán
lo ducho y la calma.
Más azules tornan las luces/
aún más
se opaca
el brillo vaporoso del agua/
y como un barquito de papel
navego en el torrente
/baldía el alma/
ebria y sin rumbo.
...Quizás la fuerza de una estrella
fulgure entre las nubes.
¿Será tal vez rutilante ilusión
y el manantial de mañana
tan sólo un sueño?
...En el ensueño suele a veces danzar
un remolino de lumbres/
y suele ser lo soñado
un estigma de luz
/un tizón ardiente/
para nuevamente encender
el sol de mañana.
Autor: Juan Carlos Luis Rojas