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sábado, 21 de noviembre de 2009

Meteoros del mal

Desasosiego de estrellas
    cunde/
en el cosmos invisible del alma.

Desorbitados mundos
    ruedan/
hacia un confín
    donde nuevos cielos estallan.  

¿Podrán los meteoros del mal
    jaquear al amor?

¿Cómo licuar este fuego
    en el lago sereno
        donde sucumben los astros?

Lejana aún    la primavera
y ya el alma florece
    de alas y verdores.

Pero es el dolor de lo trunco
    lo que petrifica la sangre
lo que destruye una sonrisa
    con el peso muerto de la tristeza.

¡Oh    esta causa mía/    enarbolada!...
¿Audacia del espíritu
    o ilusión del sentimiento?

¡Oh    este impulso del instinto
de asaltar
los íntimos rincones
    donde te adoran los dioses!

Si comprendieras
que mi primavera es toda sombra/
    ...que encerrada en tu amor
        está la luz.

Autor: Juan C. L. Rojas

El amor de prisa

El amor de prisa          
 (Onomatopéyica)

                           I
- ...Mmm... estás cada vez más bella...
   más tierna, más dulce... más amorosa.
- Mmm y vos cada vez más mentiroso.
- No, no te estoy mintiendo...
  creo que sos muy incrédula.
- ¿Sihhh? Mmm. vsvsvs ssshaaahhchukchuik.
- Mmmme me gusta cuando estás asíhhh, rendidahh,
  cuando te envuelvo con mi piel...

  y con mis manos.
- Mmmmhah...
- ¿Noh tehngoh rahzóhn...
  queh estoh es hermosoh?
- Sihhh...
- ¿No sentís ganas de buscar un rincón
  donde escabullirnos del mundo?
- ¡Sihhh! ...pero no podemos...
  tengoh queh irmeh...
- ¿Me llevás dentro de tu vestido?
- No, dentro del vestido no.
- Mmm, ¡pícara!
- Vsvsvsvs chuik tengoh queh irmeh.
- Te vas, si te dejo.
- ¿Recordás esa canción... Cóncavo y convexo?
- Sihhh... pero chauhh... nos vemos después.
- Chau.


                              II

...y nuestras miradas/
crean el ángel propio
    de la piel, de la carne.
Se acarician distantes
    en la trivial ronda del día.

Volátil es el tiempo
    en la flama ardiente de la ansiedad.

El desasosiego espolea nuestros manos...
nuestros dedos/    mensajeros del amor/
    se devoran/
        en la prisa de ternuras contenidas.

¡Ven, mi amor! Rompamos el reloj/
    cruel agente de Cronos.
¡Ven, mi amor! Desarmemos el tiempo/
    para crear un día eterno/
        sólo nuestro.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.