¡Oh, este destrozo cotidiano de luces/ de sombras!/
Este sembrar en el aire de palomas/ des per di ga das/
Esta hermosura de erguirse/ tras los peñascos añicos/
Este henchirse diario
de noches inflamadas/
subterráneos golpes del alma/ que se esconden/
del mundo abyecto...
Y tan sólo una palabra/ que espero.
De amor/ que espero.
Que avive el fuego/ de fecundidades quietas/
que esperan.
Esta hermosura
de los ojos puros/ que callan/
elocuencias cósmicas/ que abren/
puertas/
de vírgenes cielos.
Y ver la ternura
desde la profundidad oscura del miedo.
Ser caminante de abismos
insuflando en el alma
simiente de sueños.
Esta hermosura de caer rendido/
y en los puños del corazón/ aferrando aún/
la bravía esperanza.
Autor: Juan C. L. Rojas
Esta hermosura de erguirse/ tras los peñascos añicos/
Este henchirse diario
de noches inflamadas/
subterráneos golpes del alma/ que se esconden/
del mundo abyecto...
Y tan sólo una palabra/ que espero.
De amor/ que espero.
Que avive el fuego/ de fecundidades quietas/
que esperan.
Esta hermosura
de los ojos puros/ que callan/
elocuencias cósmicas/ que abren/
puertas/
de vírgenes cielos.
Y ver la ternura
desde la profundidad oscura del miedo.
Ser caminante de abismos
insuflando en el alma
simiente de sueños.
Esta hermosura de caer rendido/
y en los puños del corazón/ aferrando aún/
la bravía esperanza.
Autor: Juan C. L. Rojas