lunes, 18 de julio de 2011

Septiembre


Abría septiembre
    el dilatado campo de las fragancias y las luces.

El aire confesaba el amor de las flores
    y la fuerza combatiente
        de suspiros contenidos.

¡Y quién era yo para presentar batalla!...
¡Me rendía a lo bello
     redimido del temor!

Quién era yo para juzgar
    el sexo intempestivo en las esquinas/
 o la precocidad ostentosa de las jóvenes...

¿Sabré, acaso, si ha de florecer   
    de las ruinas
        lo silvestre inesperado?

Abierta sobre el cáliz
    la rosa no espera/
       no mezquina su candor
            ni su perfume.

¡Y por eso    los titanes sedientos de mi alma
    se bebieron tu sangre/
        con mi sangre!...
            y devorado fue tu corazón
     con el mío.

¡Oh, ciclópea del amor la pasión desbocada!
Galopó
     hacia la rosa más íntima de tu ser/
        y nací de nuevo
    con la esperanza de tus ojos
        con la rama perfumada de tu cuerpo.

¡Oh, verdor
    que colorea y sacia
         al hambriento otoño del espíritu y la carne!

¡Crepúsculo y aurora que se enlazan
    con los ávidos brazos de los amantes!

...Sé que volverá septiembre
    como vuelve la vida a los huertos.

Sé que volverá/
    trayendo libertad bendecida
        a la rosa fresca/
a la ignorada flor
    en el jardín de los reyes.

Volverá lo sé
    hecho dios del fuego y la ternura
        con el cáliz servido 
para el brindis real del amor.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas

domingo, 3 de abril de 2011

Tiempos mejores

A veces suena musical/    esperanzadora
    /alguna frase/
Sentida ilusión entra
    por la puerta ingenua del oído.

Vendrán tiempos mejores
    /dices/
Los adjetivos suavizan
    el negruzco sangrar
        y del pecho brota un suspiro.
Esa brisa suele ser
    /nada más/
        temblor de alas/    dolidas preguntas.
Preguntas que llevan en sus signos
    el gastado temor.

En las manos del recuerdo
    lo imposible es un viento
        que erosiona la piedra.
    ¡Mas el corazón sabe del espacio
y de la interminable expansión de la esperanza!

Divaga una sombra en el espíritu
    de la estrella que jamás se acercará.

En este desgarro y deriva gravitacional
    cae su peso curvo
        al negro embudo
    donde llovizna
/quizás pasajera/
    esta conjunción
        bendita
            de estrellas.

Autor: Juan Carlos Luis Rojas  

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.