lunes, 2 de noviembre de 2009

Baldosas adormecidas

Ya no camino/
Lo hacen sólo mis pasos
   sobre las baldosas adormecidas
      de mi pensamiento/
Caminan/
sobre esta paradoja
   del placer y del dolor.

Pensar que hace un rato nomás
   eran en mis piernas las tuyas
      tallo fresco/
         verde fuego/
            enredadera de pasión.

Y hubo la eternidad de un momento/
   unidad del instante
      de tus manos y las mías...
         y de estos labios    y los tuyos/
            abrazados del deseo.

Y fueron entre sí nuestra piel
   en busca de ríos de tibieza
      cuando los ojos entraban/
         en túneles de mágica ternura.

Y fueron a la cúspide
   estas banderas del amor...
      para decirse adiós
         en la llama susurrante
            de los labios.

...y ya no camino/
lo hacen sólo mis pasos/
sobre las baldosas adormecidas
   de mi pensamiento/
Deambulan/
sobre esta paradoja dura
   del placer y del dolor.

Autor: Juan C. L. Rojas

Huída

Me voy/
           huyo/
                  desaparezco/
Me hundo en el invierno
   para aplacar
      estas llamas de mi destierro.

No estás/
   y se abre
      esta marca candente en mis huesos
la absoluta posibilidad del dolor/
lo cierto de la abrupta distancia
   entre tu piel y mis manos/
para que sin piedad
   prueben mis sentidos la ausencia/
      que amalgama de tristeza
         a nuestro andar.

Esta huída/
   es un cantar desesperado
      bajo el pecho/
es un silbo
   de hipócritas alegrías
      para disimular este sueño/
con la vergüenza de una flor
   ya    casi marchita.

Autor: Juan C. L. Rojas

Gracias a todos por vuestra generosidad en participar. Un abrazo.